Tras recibir la bendición pública como candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla por parte del presidente de la Junta, Juanma Moreno, mediante un significativo paseo por el Centro (foto delante del Ayuntamiento incluida) y la ingesta de una caña en El Salvador, José Luis Sanz no tardó más de una semana en dimitir como alcalde de Tomares, cargo que ha ostentado en los últimos 14 años.
Sanz, que ha declarado a los medios que Espadas debería tomar ejemplo de lo hecho por él y dejar la Alcaldía de Sevilla, expresó en su rueda de prensa en los jardines del Ayuntamiento de Tomares posterior a su renuncia como alcalde y concejal lo siguiente: “Me lo tomo todo muy a pecho. Lo hice así cuando fui candidato a la Alcaldía de Tomares. Me dediqué en cuerpo y alma y me dedicaré a este nuevo reto con la misma intensidad, con mucha más intensidad si cabe. Me dedicaré en cuerpo y alma a ello”.
Sanz, y su partido con él, pretenden proyectar una imagen de candidato a la Alcaldía de Sevilla a tiempo completo frente a un Espadas a tiempo parcial debido a su recién adquirida condición de secretario general del PSOE-A y de aspirante por su partido a la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Ni ahora ni antes
Sin embargo, esa imagen de Sanz como candidato 24x7 (24 horas al día durante 7 días a la semana) no se ajusta a la realidad, ni ahora ni antes, y de hecho el alcaldable del PP comparte diversas similitudes con su rival socialista.
José Luis Sanz es tan candidato a tiempo parcial en Sevilla como lo fue alcalde de Tomares, funciones a las que no se podrá ni se pudo dedicar, respectivamente, en cuerpo y alma como pregona porque ni entonces ni ahora dimitió como senador.
Es más, lleva acumuladas cuatro legislaturas en el Senado (la X, XI, XII y XIV), que ha simultaneado con la Alcaldía de Tomares, amén de con otros cargos políticos y orgánicos en su partido. En la legislatura actual, que oficialmente se inició el 3 de diciembre de 2019 (aunque es senador a todos los efectos desde el 10 de noviembre de dicho año), es vicepresidente segundo de la Comisión de Interior, viceportavoz de la Comisión de Defensa y vocal en la Comisión de Hacienda.
Mucho hablar de su entrega en cuerpo y alma a Tomares, pero apenas constituirse la Cámara Alta optó por el sueldo de senador en vez de por los 56.000 euros que había cobrado como alcalde en el ejercicio fiscal anterior, pero percibiendo también en los dos últimos años dietas por asistencia a los plenos del Ayuntamiento.
Y es que en el Senado el ahora alcaldable del PP para Sevilla puede cobrar 3.050,66 euros al mes como senador, a lo que hay que añadir 1.958,02 euros mensuales netos por residir fuera de Madrid y un complemento por alguno de los cargos que ostenta en comisiones parlamentarias, ya que al menos éstos son retributivamente incompatibles entre sí.
No sé si tendrá derecho también a los 1.134,52 euros de un vicepresidente de comisión (él es vicepresidente), pero creo que sí a los 756,34 euros de un portavoz adjunto (lo es, en la Comisión de Defensa). Todo en 14 pagas anuales, con lo cual puede percibir del orden de 80.710 euros al año sólo en la Cámara Alta, sin contar con otras prebendas como el gratis total en los transportes públicos y una tarjeta con hasta 3.000 euros para los taxis en Madrid, como puede comprobarse en el siguiente enlace senatorial: https://www.senado.es/web/composicionorganizacion/senadores/regimeneconomico/index.html
Conclusión: Sanz, ni fue alcalde de Tomares a tiempo completo ni es alcaldable por el PP para Sevilla en cuerpo y alma mientras se mantuvo y se mantenga en el Senado, cuyas elevadas retribuciones antepuso también al sueldo de alcalde en el municipio aljarafeño. Hoy por hoy es un candidato tan a tiempo parcial como actualmente es alcalde Espadas. Él debe repartir su tiempo con sus obligaciones en el Senado, y Espadas, con las suyas como secretario general del PSOE-A y aspirante a San Telmo.
Incoherencia
La idea-fuerza de los mensajes de Sanz es que en la práctica el rol de Espadas como líder del PSOE andaluz es “totalmente incompatible” con la Alcaldía de Sevilla porque la ciudad necesita un mandatario “a tiempo completo”. Y que, a diferencia de Espadas, él sí ha dimitido como alcalde de Tomares porque necesita tiempo para “patear calle a calle” la capital de Andalucía en su precampaña hasta la celebración de las elecciones municipales, previstas para mayo de 2023.
La incoherencia e interesada desmemoria de Sanz son clamorosas. Recuérdese que el 7 de julio del año 2012 el entonces alcalde hispalense y nuevo líder del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, anunció que José Luis Sanz sería el nuevo secretario general del PP-A, cargo que sería ratificado por el congreso de los populares andaluces, celebrado del 13 al 15 de julio de dicho año en Granada.
¿Y entonces no era incompatible la Secretaría General del PP de Andalucía con la Alcaldía de Tomares y lo es ahora la Secretaría General del PSOE de Andalucía con la Alcaldía de Sevilla?
Pero es que además José Luis Sanz intentó en 2014 obtener la misma triple condición que ahora Espadas, uniendo a la de alcalde y secretario general autonómico la de candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía, para lo que contó con el pleno apoyo de Zoido y Cospedal. Él, por su parte, se trabajó el respaldo de al menos cuatro presidentes provinciales de su partido: el de Sevilla, Juan Bueno; Córdoba, José Antonio Nieto; Jaén, José Enrique Fernández de Moya, y Granada, Sebastián Pérez.
Cuando parecía tenerlo todo a punto de caramelo, el enemigo íntimo de Cospedal, y luego también de Zoido tras haber sido éste su delfín, Javier Arenas, maniobró en Madrid ante Mariano Rajoy, que le debía su cargo como líder máximo tras aquel congreso en Valencia, para frenar su designación y colocar en su lugar a Juan Manuel Moreno Bonilla. A éste una carambola lo acabó convirtiendo cinco años después en presidente de la Junta, por carambola pero presidente al fin y al cabo.
Y cabe preguntarse: ¿a José Luis Sanz no le parecía tampoco entonces incompatible ser alcalde, secretario general autonómico del PP y aspirante a la Presidencia de la Junta de Andalucía pero ahora sí se lo parece, cuando el que ostenta esa tripleta es Juan Espadas?
Hay, pues, diversas similitudes (Espadas también fue senador, durante tres años) entre uno y otro, hasta el punto de que puede decirse que tanto monta, monta tanto Sanz como Espadas.
‘Outsiders’
Incluso los dos se van a ver fuera de las instituciones a las que aspiran a gobernar, el segundo por la vía indirecta del Parlamento andaluz. Y es que Espadas y Sanz se van a convertir, este último ya lo es de hecho, en sendos ‘outsider’, uno de la Cámara autonómica en el antiguo hospital de las Cinco Llagas; otro, del Ayuntamiento de Sevilla, en la Plaza Nueva, ya que aquél no es ni siquiera diputado regional y éste tampoco es concejal de la corporación hispalense.
Como no cabe la posibilidad de adelantar las elecciones municipales, a Sanz le quedan 20 meses en números redondos de líder de la oposición municipal sin poder tener voz directa en los plenos de la Casa Grande; y a Espadas, 14 meses de la oposición andaluza sin tribuna parlamentaria, salvo que a Juanma Moreno le dé por adelantar los comicios regionales.
Entre tantas similitudes entre uno y otro hay, empero, una diferencia. Aunque los dos son naturales de Sevilla, Sanz se fue a vivir de alquiler al menos desde 1996 (otras fuentes apuntan que desde 1991) a Tomares, donde en 2013 se compró una vivienda con un préstamo hipotecario del Banco de Santander, cuyo importe ni cuantía pendiente de amortización voy a desvelar, por respeto a su intimidad.
Sanz, pues, lleva en Tomares al menos 25 de sus 53 años recién cumplidos, casi la mitad, si no más, de su vida, y dice sentirse tomareño, no sevillano, tal como expresó tras su renuncia a la Alcaldía, con estas palabras: “Cualquier vecino puede presumir de su pueblo donde vaya. Han sido los mejores años de mi vida personal y política, donde no hay nada más gratificante que ser alcalde de tu pueblo”.
Si para Sanz lo más gratificante es ser alcalde de Tomares, al que califica como su pueblo, entonces ¿por qué y para qué quiere ser alcalde de Sevilla? ¿O es que se lo ha impuesto su partido? Aunque no soy localista en estas cuestiones, los votantes sevillanos sí podrían hacerse esas preguntas, ya que la sensación que da el alcaldable es lo que en política se llama ser un “paracaidista”.
Ignoro si el candidato del PP tiene planes para mudarse a la ciudad que aspira a gobernar o si va a seguir viviendo en Tomares con el argumento de que más que de Sevilla hay que hablar ya de la Gran Sevilla metropolitana, con la que todos se sienten identificados aunque vivan en distintos puntos del área de influencia de aquélla.
En el caso de que con Sanz Sevilla capital tuviera un alcalde censado (¿y si faltara uno para llegar a los 700.000 habitantes?) y residente en Tomares y que perdiera cada mañana su buen tiempo en los atascos del Aljarafe (¿cómo dedicarse así en cuerpo y alma a la Alcaldía?), ello podría contribuir a acelerar los planes de mejora de las conexiones entre la metrópoli y su alfoz y a dotar a la cornisa de un medio de transporte alternativo, porque Sanz siempre ha dicho que lo del teleférico entre Tomares y Sevilla no fue una ocurrencia, sino que iba completamente en serio.
(Iba a añadir que tan serio como él, pero en esta ciudad de los graciosos por decreto su seriedad no me parece un defecto, sino una virtud).