En un mensaje institucional para saludar el estreno de la presidencia, divulgado a través de la página web oficial (www.eu2010. es), Zapatero ha pedido a los ciudadanos que se involucren con el proyecto europeo porque así estarán también “defendiendo los intereses generales de España y de los españoles”.
Además de la salida de la crisis, las prioridades que se ha fijado el Gobierno durante su mandato europeo pasan por la aplicación del Tratado de Lisboa, el reforzamiento de la influencia de la UE en el mundo y la consolidación de los derechos sociales.
A estos objetivos se une el de la seguridad, después de que la presidencia española haya arrancado en medio de la amenaza de Al Qaeda, reflejada, entre otras acciones, en el reciente intento de atentado en un avión en Estados Unidos y la continuidad del secuestro de los tres cooperantes catalanes en Mauritania.
España toma las riendas de la UE por cuarta vez desde su adhesión en 1986 en un contexto de incertidumbre económica y con la responsabilidad de coordinar la estrategia económica de Europa para la próxima década.
Según Zapatero, España “afronta este período con su mejor entusiasmo, con su mayor vocación europeísta, para defender ante todo los intereses generales de Europa, porque sabemos que así estaremos defendiendo los intereses generales de España y de todos los españoles”.
El jefe del Gobierno ha pedido el apoyo de los trabajadores y los empresarios para construir “una economía cada vez más productiva, más innovadora y más sostenible”, compatible con el “gran símbolo que en Europa representa el estado del bienestar y las políticas sociales”.
En su mensaje en internet, Zapatero ha subrayado la oportunidad que se presenta en los próximos seis meses de “convertir a España en un factor cada vez de más fuerza en el contexto internacional”.
“Una Europa que defienda, que extienda los valores de la paz, de la cooperación, del diálogo entre los pueblos y naciones”, ha manifestado.
La presidencia española coincide con la puesta en marcha del Tratado de Lisboa y de los dos nuevos cargos que crea: el presidente estable del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, y la Alta Representante para la Política Exterior, la británica Catherine Asthon.
Según Zapatero, además de este marco institucional, “Europa, desde hace tiempo, necesita algún cambio de más profundidad”, como es que los ciudadanos “sientan más de cerca las instituciones”.
Con este propósito, la presidencia española tendrá un marcado contenido social, teniendo como referencia la igualdad de hombres y mujeres y planteando retos como la lucha contra la violencia de género.
El mandato español inaugura una etapa en la que el protagonismo de la presidencia rotatoria del Consejo de la UE –el órgano encargado de coordinar los distintos Consejos ministeriales– queda reducido por los nuevos cargos creados por el Tratado de Lisboa. A partir de ahora, Van Rompuy, junto a Ashton, será el rostro y el interlocutor de la UE y dirigirá las cumbres, aunque Zapatero estará en primera línea en las que se celebren en España.
Otras prioridades de la presidencia serán el cambio climático y avanzar en que Europa tenga una verdadera política común en ámbitos como la energía o la inmigración.
El PP apoya al Gobierno para llevar a la práctica estas metas, aunque mantiene su discrepancia con la idea del Gobierno de revisar la relación de la UE con Cuba.
España asumió también ayer la presidencia semestral de la Unión Europea Occidental (UEO), único foro europeo plenamente competente en materia de Defensa hasta el año 2000, al coincidir este mandato con el del país que está al frente de la UE de forma rotatoria.
Coincidiendo con las campanadas de fin de año, el telón de la presidencia se levantó con un acto en la Puerta del Sol y con la iluminación de edificios emblemáticos en un amplio número de ciudades.