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La Policía detiene a una banda georgiana por robos en viviendas en Madrid y Galicia

Mediante técnicas como el 'bumping', consistente en meter una llave a golpes para hacer saltar la cerradura, o el 'ganzuado', habitual entre los cerrajeros

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  • Agente de la Policía Nacional. -

La Policía Nacional ha arrestado a tres personas que formaban una banda especializada en los robos en viviendas mediante técnicas como el 'bumping', consistente en meter una llave a golpes para hacer saltar la cerradura, o el 'ganzuado', habitual entre los cerrajeros.

De origen georgiano, los tres detenidos participaron, según ha indicado este martes la Dirección General de la Policía, en seis robos: tres en Madrid y otros tantos en Galicia, en Pontevedra (2) y Vigo (1). La autoridad judicial ha ordenado su ingreso en prisión.

En los registros practicados, los agentes se incautaron de herramientas, la ropa que utilizaban, teléfonos móviles con tarjetas prepago, dinero en efectivo y el material empleado para abrir las puertas: ganzúas, llaves maestras, testigos de plástico o pegamento.

Los agentes de la Policía iniciaron las pesquisas después de la identificación de dos hombres en Madrid que iban a bordo de un vehículo con matrícula francesa por el distrito de Usera. En ese momento, uno de ellos fue detenido por un presunto delito de falsedad documental, ya que llevaba un permiso de conducir ucraniano falso.

Más adelante, los agentes indagaron si estaban llevando a cabo robos con fuerza en domicilios y comprobaron que habían cometido al menos tres en viviendas de Galicia: dos en Pontevedra y uno en Vigo.

La investigación determinó posteriormente la posible participación de los investigados en otros tres robos realizados el pasado febrero en Madrid, lo que hizo sospechar a los agentes de que no se trataba de sucesos aislados, sino que existía una relación entre ellos.

MARCABAN LAS PUERTAS DE LAS CASAS

Para los investigadores de la Policía, los robos habían sido llevados a cabo por un grupo criminal itinerante de tres miembros y "perfectamente estructurado, con un claro reparto de tareas".

Antes de proceder al robo, los investigados marcaban las puertas de las casas con pegamento o testigos de plástico "prácticamente" imperceptibles que se caían al entrar los inquilinos, y así se aseguraban los ladrones de que las viviendas estaban o no vacías.

Después de marcar las puertas, unos días más tarde volvían a las casas ya con la idea de cometer el robo, si bien antes uno de los miembros de la banda llamaba al telefonillo para comprobar si el domicilio estaba vacío, mientras otro daba vueltas por alrededor.

Además, la Policía señala que uno de los detenidos ejercía labores de vigilancia en torno a la casa elegida los días previos al robo para saber si había presencia policial, de vecinos o de las víctimas.

Una vez cometido el robo, cerraban la cerradura dándole varias vueltas, algo que representa, para la Policía, un "alto grado de especialización y conocimientos de cerrajería". Es más, "en la mayoría de los robos cometidos por estas personas no se apreciaban daños en las cerraduras, lo que dificultaba la detección". Para no dejar huellas usaban calcetines o prendas para tapar las manos.

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