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El pobrecito hablador

Feijóo y sus Mañuecos

Ha llegado una bocanada, pero el aire que trae no es fresco, sino más bien tirando a rancio. No huele a mar, sino a agua estancada

Publicado: 16/03/2022 ·
12:55
· Actualizado: 16/03/2022 · 13:10
  • Mañueco. -
Autor

Francisco Palacios

Palacios es matemático y programador. Publicó su único libro hace ya unos años y sigue siendo el autor más leído de su calle

El pobrecito hablador

Escribo sobre lo que me gusta, pero sobre todo sobre lo que me disgusta, como un grito desesperado para no ganarme una úlcera

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  • No ya gobernar con el apoyo en la sombra de la ultraderecha, sino sacarlos de la oscuridad y repartirse los sillones con VOX
  • No soy de los que se refiere a las mujeres como “putas”, ni prejuzgo a un jamaicano por el probable, según García-Gallardo, olor de su aliento
  • Me gustaría saber como, en fechas venideras, va a explicar el señor Feijóo, probable nuevo Presidente del PP, que el suyo es un partido de centro

Al parecer, ha llegado la renovación al Partido Popular. Una súbita bocanada de aire fresco, con olor a marisco y a ría, a percebe y Cantábrico.

Si este es el nuevo aire de la derecha moderada española, si estos son los que vienen a retomar la senda perdida del liberalismo español, por favor que alguien cierre las ventanas

Lo siento, no me he vuelto loco, era una broma. Ha llegado una bocanada, pero el aire que trae no es fresco, sino más bien tirando a rancio. No huele a mar, sino a agua estancada, a charco en el que nadie se atrevería a meter un pie si no es embutido en un traje de los que se usan para darse una vuelta por Chernóbil

Aún no han terminado de cerrarse las heridas del apuñalamiento amistoso entre sus filas, cuando Mañueco, próximo presidente de la Junta de Castilla y León, decide, no ya gobernar con el apoyo en la sombra de la ultraderecha, sino sacarlos de la oscuridad y repartirse los sillones con VOX.

El premio será, entre otros, poner como Vicepresidente de la institución que representa a los castellano-leoneses a un caballero de apellido Garcia-Gallardo, representante de un partido que, según palabras del propio Mañueco, “no tiene un programa machista, ni racista, ni homófobo ni radical”.

No sé en qué realidad paralela vive el señor Mañueco, pero creo que un tipo que ha tenido que borrar un buen número de sus interacciones en redes sociales porque sus  contenidos son precisamente lo que niega de su programa, no es un ejemplo a seguir. O al menos, no es un ejemplo que yo seguiría. No soy de los que se refiere a las mujeres como “putas”, ni prejuzgo a un jamaicano por el probable, según García-Gallardo, olor de su aliento. Tampoco creo que haya que heterosexualizar un deporte, o cualquier otra actividad, “porque esté llena de maricones”. Por no hablar de considerar “una estupidez el hecho de ser feminista, más aún si no eres mujer”. O, para rematar, etiquetar como  “distinto un matrimonio de un mal llamado matrimonio homosexual”.

Me gustaría saber como, en fechas venideras, va a explicar el señor Feijóo, probable nuevo Presidente del PP, que el suyo es un partido de centro, que su pensamiento e ideología son diferentes a los de la extrema derecha, mientras la busca como compañera de cama, no ya como amante sino como pareja estable.

Si este es el nuevo aire de la derecha moderada española, si estos son los que vienen a retomar la senda perdida del liberalismo español, por favor que alguien cierre las ventanas.

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