Hay un oso que mira hacia arriba. Porque arriba, en la ventana abierta más alta de una casa, hay un delicioso pastel de maravillosa pinta. Y ese oso tiene mucha hambre. Pero, ¿cómo llegar hasta el pastel si no tiene escalera y la puerta está cerrada? Entonces aparece un cerdo. Y luego un perro. Y un conejo. Y una gallina. Y van formando, unos encima de otros, una torre para, entre todos, devorar esa tarta tan rica. ¿Lo conseguirán? El final de este cuento es tan divertido como su planteamiento. Se llama “El pastel está tan arriba” y es obra de Susanne Straber. Es uno de los libros que la Biblioteca Provincial de Cádiz ha sumado a la iniciativa “Nidos de lectura”, programa de fomento de la lectura infantil que se ha visto reforzado esta semana con una bolsa de préstamo para seguir alentando a leer.
Más de 160 familias gaditanas ya forman parte de este proyecto que nació en 2016. Entonces lo que se quería era ayudar a padres, madres y tutores a incentivar la lectura en casa. “Lo que queríamos era promover que los adultos tuvieran herramientas en sus hogares para que las niñas y los niños fueron cogiendo un hábito de lectura desde muy pequeños”, explica Gemma García de Lamo, una de las promotoras de esta iniciativa, junto a Gloria García “Yiya”. Cuando nació el proyecto “Nidos de lectura” su objetivo primordial es que “leer juntos en familia” fuera algo normal. “Disfrutar de la lectura sin más allá, disfrutar por disfrutar, leer por leer, sin imposiciones ni metas, crear ese vínculo afectivo que siempre recuerde a nuestros hijos los momentos pasados en compañía de los libros como algo inolvidable”, rezaba el propósito del programa cuando echó a andar.
“A lo largo de estos años, y con la pausa de la pandemia, hemos conseguido que 160 familias se inscriban, y aunque muchos niños ya han crecido, ninguno ha pedido borrarse del programa”, relata García de Lamo, feliz por la acogida que ha tenido este programa. Ahora se quiere reforzar con una iniciativa añadida: las “bolsas para nidos”, que se presentaron este viernes aprovechando la celebración del día internacional del libro infantil. Yiya muestra una de estas bolsas. Es justo en la que se incluye “El pastel está tan arriba”. Está el libro y algunos peluches y objetos que sirven para contar mejor el cuento. Además, mediante unos códigos QR se incluyen juegos, canciones y manualidades que sirven para narrar mejor el libro entre todos. Así, con este ejemplo del oso que quiere su pastel, los niños pueden pintar piedras, crear su propia casa en cartón y disfrutar de la historia desde diferentes puntos de vista. “El objetivo es que el acto de la lectura sea algo que una a la familia”, remarca Yiya.
Las bolsas no son herramientas para tener entretenidos a los niños, mientras los mayores hacen otras cosas. “Aunque parezca paradójico en un programa de la lectura infantil, les decimos a las madres y padres que mantengan las bolsas alejados a los niños. Porque, primero hay que cuidar el material con mucho mimo para que el préstamo de los objetos que contiene la bolsa sea efectivo y no se pierda ni se destruya nada.
“En algunas vienen cajitas con elementos, que numeramos, para que las familias en casa, a la hora de recogerlas, comprueben que todo se ha guardado”. Y, segundo, y más importante, porque esta debe ser una experiencia en familia. Para eso nacieron los Nidos de lectura. “No es una actividad para niños”, precisa Yiya, “es para todos, pero específicamente muchos de los talleres de formación van dirigidos a las padres y a las madres para que aprendan cómo introducir en sus casas el hábito de la lectura, y, muchas veces, eso debe comenzar en los adultos”.
Asesoramiento permanente
Las bolsas para los nidos de lectura incluyen en su interior numerosas sorpresas. Para obtenerlas las familias han de inscribirse en la web habilitada por la biblioteca para este programa (https://nidosdelectura.wordpress.com/) o bien pedir la hoja de inscripción en la propia biblioteca provincial (Avenida Cuatro de Diciembre, 16, Cádiz). “De momento, prestamos las bolsas 28 días, aunque iremos viendo la demanda por si es necesario reducir ese tiempo o bien hacer más bolsas”, explica García de Lamo. La oportunidad que brindan las bolsas sefuerza con charlas para padres, en las que se aportan orientaciones, sugerencias y reflexiones para animar la pasión por la lectura. Hay tutoriales para aprender a cómo contar cuentos, un asesoramiento permanente y muchas recomendaciones de libros especialmente interesantes según qué edades.
Porque el amor por los libros se puede enseñar. Y más si se empieza desde muy pequeño, incluso antes de que la niña o el niño aprenda a leer. Cogiendo el libro, mirando los dibujos, jugando con piezas que aluden al tema del cuento, conociendo los personajes e imitando sus voces, sabiendo que esa cosa de papel que llenan las estanterías esconden maravillosas aventuras. Todo suma. Como los amigos animales del oso que van subiéndose uno encima del otro hasta que alcanzan su pastel. ¿Se lo comerán al final? Eso solo se puede saber leyendo.