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Las Cinco Llagas descarga la responsabilidad de lo ocurrido en la Madrugada en su capataz

La junta de gobierno divulga un comunicado en el que Álvaro Barba se autoinculpa de la suspensión de la estación de penitencia

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  • El paso de palio de la Hermandad de las Cinco Llagas, poco después de salir a la calle. -

La junta de gobierno de la Hermandad de las Cinco Llagas, que preside Ernesto Romero del Castillo, ha descargado toda la responsabilidad de lo ocurrido en la Madrugada del Viernes Santo en la persona del capataz de su paso de palio, Álvaro Barba.

Como es sabido, la cofradía se vio obligada a dar por suspendida su estación de penitencia en plena calle al comprobar cómo los costaleros de María Santísima de la Esperanza no podían literalmente con el paso.

La cuadrilla era escasa en número y estaba integrada por costaleros muy jóvenes, con apariencia en muchos casos de no haber alcanzado siquiera la mayoría de edad, una circunstancia que parece no debió ser advertida en las semanas previas a la Madrugada del Viernes Santo.

El caso es que el único movimiento realizado hasta la fecha por la junta de gobierno ha consistido en la publicación en el blog de la hermandad de una carta en la que Álvaro Barba dice ser el único responsable de lo ocurrido.

En ese escrito, Barba dice que en el primer relevo previsto en la calle Santa María se da cuenta de que “no aparecen todos los costaleros citados”.

Además, “algunos que salían del paso estaban enfermos por agotamiento tras haber cargado días anteriores” y “otros se quedan detrás del paso sin querer volver a meterse”.

Llama la atención que tanto la hermandad como el capataz hubieran consentido apenas unos minutos antes –la calle Santa María está muy cerca de la iglesia de San Francisco- que se hubieran colocado bajo las trabajaderas costaleros ya “enfermos por agotamiento”.

El escrito de Álvaro Barba asegura además que esos costaleros –se entiende que los enfermos y los que ya no querían meterse debajo del paso- no prestaron sus molías a personas ajenas a la hermandad que percatándose del problema con el que se encontraba mostraron disposición a portar a María Santísima de la Esperanza en la calle Caracuel, lugar en el que estuvo largo rato detenido.

El capataz muestra “eterno agradecimiento” a la junta de gobierno y la Hermandad de las Cinco Llagas por la confianza depositada en su persona, así como por las “facilidades” que encontró para realizar su labor y el “ejemplar comportamiento” de la corporación.

Finalmente, Álvaro Barba insiste en asumir “toda la responsabilidad” de lo ocurrido y adelanta su intención de trasladar a la junta de gobierno un informe por escrito de ello.

La junta de gobierno todavía no se ha pronunciado sobre unos hechos que no tienen precedentes en la historia más o menos reciente de la Semana Santa de Jerez.

 

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