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Sevilla

La final abre el debate sobre los futuros eventos

Las batallas campales y el incivismo de algunos aficionados contrarrestan los datos del impacto económico

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  • Seguidores alemanes en una fuente en el Prado. -
  • Luque cifra en 300.000 los litros de cerveza que se han vendido en dos jornadas
  • Batalla campal con sillas, veladores y sombrillas como armas arrojadizas en la Puerta de la Carne

La final de la UEFA Europa League no sólo puede dejar un impacto económico cercano a los 60 millones sino también un debate abierto sobre la necesidad de acoger eventos multitudinarios de este estilo, especialmente tras el comportamiento incívico de algunos aficionados y la batalla campal de la Puerta de la Carne, además de las detenciones de los ultras la noche previa a la final.

150.000 visitantes pero sólo 20.000 con entradas, los hoteles y apartamentos turísticos llenos, 324 vuelos directamente relacionados con la final de la UEFA entre los aeropuertos de Sevilla, Jerez y Málaga, más las 2.500 plazas extra de AVE dan buena fe del importante impacto económico que el evento va a dejar en la ciudad, a lo que se une el consumo en bares, restaurantes y supermercados, especialmente en el centro y las áreas más concurridas por los aficionados, en línea con la postura defendida por el Ayuntamiento defendiendo la repercusión de esta final.

Pero también el presidente de los hosteleros, Antonio Luque, ha defendido que "con millones de espectadores en todo el mundo que seguirán el evento a través de la televisión y más de 100.000 visitantes, el partido posiciona a la ciudad en el escaparate al que mirará el mundo entero".

"Una visibilidad que ya se traduce en términos financieros, pues el Ayuntamiento de Sevilla estima un impacto económico de más de 60 millones de euros, que se repartirá entre hoteles, comercio, hostelería y otros sectores como el transporte público", defendía Luque dando un dato significativo: las empresas cerveceras locales "calculan la venta de 6.000 barriles adicionales, lo que supone unos 300.000 litros en la jornada previa al partido y el día de su celebración".

"Tras dos años de pérdidas económicas sin precedentes, la realización de eventos masivos en la ciudad, como esta final deportiva, supone un soplo de aire para aquellos empresarios y trabajadores que han estado asfixiados económicamente debido a la pandemia y cuya facturación, durante largos periodos de tiempo, ha sido nula", aseguraba  Luque.

Luque también ponía en valor cómo los hosteleros han retirado veladores de las zonas consideradas de mayor afluencia de público "para garantizar al máximo una celebración segura y minimizar riesgos”, aunque la medida no ha servido para evitar incidentes, como los de la Puerta de la Carne, donde sobre las seis y poco de la tarde se registraba una batalla campal entre los seguidores del Glasgow Rangers y el Eintracht de Frankfurt, en el que sillas, veladores y sombrillas servían de arma arrojadiza entre ambas aficiones.

Batalla campal

Numerosos vídeos en las redes sociales han dado cuenta del enfrentamiento entre ambas aficiones en la Puerta de la Carne, en la Avenida Menéndez y Pelayo justo en la confluencia con el puente de San Bernardo, cuando ambas aficiones se han encontrado y ha comenzado una batalla campal de varios minutos en un cruce en el que sillas, veladores y sombrillas han servido de arma arrojadiza entre ambas aficiones.

 

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El enfrentamiento, con agresiones destacadas entre algunos de los aficionados, ha provocado la interrupción del tráfico, con los vehículos -taxistas- dándose la vuelta, un pacífico grupo de ciclistas intentando huir del lugar y un autobús de Tussam haciendo de parapeto y poniendo algo de orden justo antes de que llegaran los refuerzos policiales de los antidisturbios. Según han informado fuentes policiales a Europa Press, que califica el incidente de "conato", la Policía intervino impidiendo que la situación llegase a más, sin ser necesarias detenciones.

 

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No es la única zona en la que se registraban choques entre aficiones, ya que en el Prado, los aficionados del Eintracht de Frankfurt, cuando salían de su Fan Zone, también se han dirigido contra aficionados del Rangers en cuanto los han visto, siendo testigos los usuarios de un autobús a los que les ha pillado en mitad del recorrido.

Cinco ultras detenidos

Ya la noche previa a la final fueron detenidos cinco ultras del Eintracht a los que la Policía Nacional imputa desórdenes públicos por los disturbios y agresiones. Sobre las 00,00 horas se registraba una pelea multitudinaria frente a la Catedral y los antidisturbios ubicados en la Plaza de San Francisco tuvieron que intervenir de manera rápida para disolver este incidente,  provocado por un grupo de 200 hinchas del Eintracht de Frankfurt, que estaban agrediendo a seguidores del Glasgow Rangers.

Al observar la rápida llegada de las unidades de la Policía Nacional, los hinchas alemanes salieron huyendo en dirección al Paseo Colón, golpeando en la huida a los seguidores del Glasgow Rangers y enfrentándose a los agentes policiales que intentaban evitar la agresión de los seguidores escoceses, siendo en este momento cuando empezaron a lanzar vidrios, bengalas y mesas contra los agentes de la policía nacional.

Al llegar a unos 100 metros de los bares situados en el Paseo de Colón y la calle Adriano, la Policía había dispuesto líneas de contención con sus vehículos, consiguiendo neutralizar de esta forma el incidente, disparando algunas salvas.

Como consecuencia de estos incidentes no hay que lamentar heridos graves, salvo un seguidor escocés con una contusión en la cabeza. La Policía procedió a la detención de cuatro hinchas alemanes en las inmediaciones del Paseo de Colón y otro seguidor alemán en la Puerta de Jerez.

 

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Incivismo y Micky Mouse

Pero lo de los ultras no ha sido lo que más ha abierto el debate en la ciudad, sino el incivismo demostrado por algunos aficionados, invadiendo con sus torsos desnudos y quemados por el sol los principales monumentos y fuentes de la ciudad, sin parar de beber cerveza y dejando escenas poco gratificantes.

Aunque en su gran mayoría, especialmente los del Rangers de Glasgow, mucho más numerosos que los del Eintracht de Fráncfort, sólo se han dedicado a cantar, comer y beber, especialmente los grupos familiares, sí es cierto que la invasión ha tenido una cara negativa que se ha intentado paliar, y de forma efectiva, por el plan de limpieza puesto en marcha por Lipasam.

A esto hay que añadir las críticas a la falta de previsión ante la avalancha de seguidores sin entrada por toda la ciudad, especialmente en un aspecto meramente deportivo, la capacidad del Sánchez Pizjuán, con 42.000 de aforo, calentado también desde el propio club alemán, cuyo presidente Peter Fischer incendiaba las redes con el siguiente comentario: “Habrá 190.000 fans que no podrán estar en este estadio de Mickey Mouse”.

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