La campaña remolachera de la zona sur arrancó ayer en la Azucarera del Guadalete con una reducción en las siembras del 13 por ciento debido a la falta de agua y el aumento de los costes. Según apuntan desde Azucarera, se han sembrado en Andalucía 7.715 hectáreas, de las cuales 4.195 corresponden a regadío y 3.520 a secano. “Este ha sido un año difícil, sobre todo en lo referente a la falta de lluvias en momentos críticos y a la falta de dotación de agua para regar de forma adecuada, sobre todo en la provincia de Sevilla. Aun así -prosigue el responsable agrícola de Azucarera en la zona sur, Miguel Sanromán- el cultivo de la remolacha y los modelos de contratación ofrecidos, le han dado al cultivador la seguridad, comodidad y rentabilidad suficiente para afrontar este complicado escenario”. Según los resultados obtenidos en las últimas muestras realizadas, se espera una campaña con medias de 74 toneladas tipo por hectárea en regadío y de 39 en secano y está previsto que el arranque de remolacha se prolongue hasta los primeros días del mes de agosto.
En cuanto a la sanidad del cultivo, la Asociación de Investigación para la Mejora del Cultivo de la Remolacha Azucarera (AIMCRA), ha colaborado de manera coordinada en Andalucía con un grupo de trabajo en la búsqueda de soluciones específicas para atajar posibles plagas que pueden afectar a la remolacha. Monitorizar las plagas “Este año hemos podido tener un mejor control de la cassida que en la campaña pasada,a través de una estrategia de tratamientos, entre los cuales se encuentra el Acetamiprid, producto autorizado de manera excepcional, basado en el control de la primera generación de adultos”, explica la directora de la AIMCRA, Elba Rosique. Además, se han realizado labores de divulgación y reuniones periódicas de seguimiento, imprescindibles no solo para trasladar la importancia de realizar tareas de control, sino también para monitorizar las posibles plagas.