Los responsable de la Escuela de Golf La Cañada llevaba tiempo con la idea de incorporar a sus clases el apoyo de un psicólogo, y psiquiatra experto en el deporte, y la llegada de Alejandra cayó del cielo. Una experiencia que ella ha catalogado como "gratificante" y es que nunca esperaba que los niños iban a ser tan abiertos a sus técnicas y a las charlas que una vez en semana (en concreto los viernes por la tarde) da en La Cañada. Una relación que surgió fruto de la casualidad y a través de la prensa. “Todo empezó gracias a vosotros porque yo me vine a vivir a Sotogrande en julio, y leí un artículo de los niños de La Cañada, en referencia a la buena cantera que tienen, y pensé que que bien que ya tenía Club de Golf, para que mi hija pudiera continuar sus clases. Parece una tontería pero ese artículo, a mí, me hizo sentir el de tener algo aquí”.
Y es que hasta ella misma se apuntó a dar clases de gol. Añadió que “entonces, me presenté en La Cañada y yo no sabía ni que había lista de espera ni nada, apunté a la niña para clases privadas. Y pensé, pues yo también voy a empezar y me puse a dar clases. Y cuando comencé con ellas, Víctor me comenzó a hablar de los niños del grupo de tecnificación y hablaban con tanto cariño, dedicación y amor de su proyecto, de como ven a esos niños crecer y como van mejorando y van a torneos, y se vivía un entusiasmo tan grande, que se me hizo algo contagioso. Entonces, Víctor, que es muy listo, enseguida cuando se enteró de que yo era psiquiatra infantil y que tenía experiencia en medicina deportiva, me lo dejó caer, y yo caí rápidamente, porque me contagió mucho el entusiasmo y el cariño que todo el mundo tenía con este proyecto. Y me ofrecí voluntaria para darle las clases a los niños”.
Para ella todo ha sido como caido del cielo, ambas partes se conocieron en el momento justo, y no hubo ningún tipo de dudas desde colaborar desde un principio. “Yo creo que ésto ha sido un poco como caido del cielo porque yo soy psiquiatra infantil, tengo una clínica en Marbella con la que trabajan conmigo y tenemos un programa de psicología internacional. De hecho, hemos tratado con jugadores de golf profesional, hemos estado con futbolistas de Primera División, por lo que tenemos bastante experiencia en la psicología en el deporte”.
“Para mí también ha sido un sueño porque hasta ahora está siendo super divertido. Yo al principio pensé que no iban a tener ningún interés porque creo que hasta que no llevas unos cuantos años como profesional jugando al golf no te das cuenta de la importancia del tema psicológico.
Llega un momento en el la técnica todo el mundo la tiene y la única diferencia que marca entre el campeón y el no campeón, entre el profesional y el no profesional, es la cabeza. No pensé que los niños lo fueran a captar y lo fuesen a aceptar tan bien. Pero ellos, vienen a las clases super entusiasmados, atienden a todo, se acuerdan de todo les dices, y es super divertido hacer las clases. No me dan dinero, pero me dan una satisfacción que merece la pena todo. Además, te cuentan tus cosas. Por ahora, está siendo una experiencia super gratificante”, señaló. Y es que al margen de que toda esta experiencia se ha convertido en una especia de sueño, lo que más le ha sorprendido desde su comienzo, y hasta ahora, es de la manera que la han acogido los niños, y de la forma de abrirse, y el interés que han mostrado desde que comenzaron las clases, ya que en un principio, pensó que le iba a costar más trabajar entrar.
Clases
No cabe duda de que es otra manera de trabajar. Y es que están acostumbrados a trabajar con profesionales del deporte, pero es la primera vez que tienen esta experiencia con niños, y precisamente la diferencia está en la ilusión que tienen por llegar a ser profesionales. “Me divierte un montón porque es una manera diferente de trabajar porque hemos trabajado siempre con profesionales adultos, pero no es lo mismo estar con un montón de niños que tienen una ilusión por llegar a ser profesionales, que se esfuerzan y tú le puedes echar una mano, y encima te lo agradecen. Muchas veces el tema de la psicología, de la psiquiatría infantil, quizás los padres te agradecen más lo que puedes llegar a hacer con los niños, pero el niño, yo creo que no es consciente de su problema, ni de lo que estás haciendo para ayudarle”.
En cuanto al tipo de clases que realizan, ya que no es ella sóla la que le da clases a los niños, por ejemplo, la semana pasada fue un monje budista a dar una clase de relajación. Técnicas que no sólo aplican al golf, sino en otros momentos de su vida y éso también es uno de los objetivos que quieren conseguir. “No lo estoy haciendo yo sóla, sino que somos varias personas.
La semana pasada hicieron unos cursos de meditación y trajimos a un monje budista y estuvimos haciendo meditación con los niños. Todos estaban entusiasmados y participando. Están muy abiertos y nunca pensé que encontrásemos a un grupo de niños que estuvieran tan abiertos y tan interesados en el tema psicológico. Además, ves que las cosas que les enseñas, las aprenden y las aplican. Y la verdad es que este año están teniendo muy buenos resultados”. Aunque por el momento las clases son un día a la semana y para los alumnos de técnificación y que están compitiendo a un nivel más alto, su objetivo es poder llegar a todos los alumnos que acuden a dar clases a La Cañada. Y no sólo a los niños, sino también a los profesores para que sean ellos los que apliquen esas prácticas. “Lo que me gustaría más adelante es darle clase a los profesores para que ellos incorporen estas técnicas a sus clases y ellos no me necesiten a mí”.
