El veredicto del jurado fue:
COROS: Las reinas del Pópulo, El Batallón de la Libertad, Los Tangueros.
CHIRIGOTAS: El escuadrón de los jartibles, Los que van por derecho, Los que no se enteran.
COMPARSAS: Los santos, Medio siglo, Los caballeros de la piera reonda.
CUARTETOS: Los cuartetos también lloran, Los vaqueros de Springfield.
El cuarteto de Algeciras, La Alegría de la Güerta volvió a pisar anoche con fuerza las tablas del Falla. El público, entregado y respaldando una vez más a Rebolo y compañía, estuvo con ellos, en una actuación en la que mantuvieron la línea de sus anteriores apariciones.
La parodia volvió a surgir renovada. Tras la hospitalización de la madre de los tres hermanos rústicos, su aparición en escena es la de una viejecita enferma que necesita cuidados. A gritos, como en la primera actuación, llama a Socorro (Rebolo) a escena para que le dé el gotero, que resulta ser una dosis de Don Simón.
La aparición de Rebolo con el original gotero provocó la carcajada del patio de butacas. Socorro le cuenta a su madre los problemas que tuvo al ir a verla al hospital Puerta del Mar, ya que salió por la venta del autobús, por la salida de socorro.
Acto seguido llaman a escena a los otros dos hermanos de la rústica familia, Juan y Medio, que deben su nombre a su estatura, los cuales también provocan la carcajada del público, cubiertos de arroz, no de una boda, sino después de un desagradable incidente con la digestión de un chino.
La parodia continúa con golpes que llegaron al público, como la belleza de Socorro, que reza a San Antonio con la luz apagada; o la participación de Juan y Medio en el programa Granjero busca esposa, donde tuvieron un particular encuentro con las candidatas.
Los cuplés dejaron más fríos al público. El primero hacía alusión a la visita de su primo Fernando al dentista con un final accidentado con una escopeta. El segundo comenta la novedad de la aparición de zapatos de piel de pene, y sus particulares propiedades de crecimiento.
El popurrí, el mismo de las anteriores apariciones, fue calentando poco a poco al público que, una vez más, acabó entregado a la originalidad y la gracia del cuarteto, levantándose de las sillas con el frenético final, en el que rinda igual tributo a Algeciras y Cádiz. Al cierre de esta edición se desconocían los nombres de los clasificados a la final, aunque los de Algeciras dejaron alto el listón.
