“Sigo pensando que este equipo a finales de enero sale del descenso”, decía Pepe Mel hace unas semanas. Con la permanencia a dos puntos y terminada la acción sobre el verde en este insoportable 2022 en lo futbolístico, el Málaga afronta los días más deseados y a la vez más decisivos con el mercado de fichajes de invierno. Son tantas las necesidades de dar un giro a la dinámica y reforzar la plantilla que el margen de error debe ser mínimo.
En esta etapa hay diversos frente abiertos. El club desea cerrar la contratación de dos extremos esta misma semana, al mismo tiempo que concretar otras dos salidas que son seguras, salvo contratiempos que lo impidan. Empezando por las despedidas: Juanfran y Pablo Hervías empiezan ya a hacer las maletas.
Tras el fichaje del lateral derecho de corte ofensivo Julián Delmás, que llegó libre el día de Nochebuena procedente del Cartagena, se le abre la puerta de salida al cuestionado Juanfran Moreno. Su rendimiento ha sido deficiente, pese a que vino con el cartel de haber sido el mejor lateral derecho de la Superliga turca. Con Pablo Guede lo jugó todo porque no tenía sustituto ni tampoco competencia y con Pepe Mel, que ya lo tuvo en el Betis, ha ido perdiendo protagonismo hasta el punto de no jugar desde el 4 de diciembre ante el Levante.
“Lo que tiene que hacer es entrenar fuerte”, respondía el técnico malaguista cuando se le preguntaba por la situación del jugador madrileño. Ese mismo día, Juanfran subió a Instagram una foto con el siguiente mensaje: “Entrenando fuerte”, algo que no pocos sectores de la afición han interpretado como una respuesta irónica y una evidencia de que la relación entre jugador y entrenador se ha enfriado.
Esto se confirmó con la no convocatoria de Juanfran para el partido de Copa en Tarragona. Tanto club como agentes del jugador se están moviendo para encontrar otro destino porque no hay confianza en sus prestaciones y menos con la llegada de Delmás. Se ha hablado de ofertas procedentes del fútbol turco, pero el jugador, ya en su recta final de carrera, busca retirarse en España.
El otro implicado en la ‘Operación Salida’ malaguista es Pablo Hervías, que ha recibido una oferta del Club Bolívar con unas condiciones económicas difíciles de rechazar. No se dudaba de su profesionalidad y lo que e capaz de aportar, aunque Hervías nunca fue un indiscutible y se le firmó hasta junio de 2023 por las dudas con su tendencia a lesionarse. Hay que recordar que vino desde Valladolid, donde una lesión de rodilla lo dejó en el dique seco prácticamente toda la temporada anterior.
El club boliviano realizará, además, un pago a modo de traspaso que ronda los 50.000 euros, un pico que irá directamente a las arcas de Martiricos, como adelantó Málaga Hoy. Esto supondrá oxígeno financiero para Manolo Gaspar y su equipo, ya que verá incrementado su límite salarial porque, además de recibir ese pago se ahorrarían la mitad del sueldo del jugador. Con un adiós de Juanfran pasaría lo mismo. El lateral tiene un salario de los más altos de la plantilla.
Prioridad Rahmani y dos más
Las llegadas se aceleran en esta semana de mercado navideño donde cada paso cuenta. Mel quiere tener a sus refuerzos cuanto antes, a ser posible en la vuelta a los entrenamientos este 29 de diciembre. El Málaga ya cerró con antelación las contrataciones de Febas y Vadillo en las navidades pasadas y se quiere ir por el mismo camino. Son tres los nombres que lideran la lista de prioridades: Yanis Rahmani, Lago Junior y Arvin Appiah.
Ninguno de ellas será fácil de cerrar. La situación de Rahmani es más complicada de lo que parece porque está en una encrucijada: en el Eibar ha ido de menos a más, jugando 11 de los 21 partidos de la primera vuelta liguera. Ha sido titular en cinco ocasiones.
Además del deseo del Málaga por repescarlo está el del propio jugador, que no ve con malos ojos el volver para ser importante en el Málaga, donde solo pudo jugar el año de la pandemia con La Rosaleda cerrada al público. Esto es clave, pero no suficiente. Las variables del entrenador Gaizka Garitano y de la directiva del Eibar, que primero tienen que querer desprenderse de un jugador como Rahmani, lo dificultan todo. La Cueva lo va a intentar hasta donde pueda.
El caso de Arvin Appiah también se ha dificultado en los últimos días porque en la ecuación ha entrado el interés de clubes de Inglaterra que puede seducir al jugador, que ahora milita cedido en el Tenerife. Sigue siendo propiedad del Almería, cuya relación con el Málaga es buena. Con el extremo Appiah, es el jugador el que tiene que decidir con qué propuesta quedarse.
El tercer nombre, que también sonó en verano, es el de Lago Junior. El atacante del Mallorca no cuenta con minutos en Primera a las órdenes de Javier Aguirre y el club bermellón está dispuesto a dejarle ir. Sin embargo, las negociaciones siguen avanzando en busca de un acuerdo en el contrato del jugador, que pide un año más de lo que se le ofrece, buscando mayor estabilidad.
Así las cosas, Manolo Gaspar tiene trabajo con la presión impuesta y la lupa de la afición vigilando. Es el mercado invernal más importante del Málaga desde que regresó a Segunda, porque cada decisión que se tome puede ser determinante. Julián Delmás ha sido el primero, pero si salen Hervías y Juanfran… vendrán dos más y hasta un tercero. Eso siempre que nada se tuerza.