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Hablillas

¿Va a llover?

Si nuestros abuelos pudieran, serían ellos los encargados de responder al titular de manera afirmativa y tajante

Publicado: 19/02/2023 ·
16:52
· Actualizado: 19/02/2023 · 16:52
Autor

Adelaida Bordés Benítez

Adelaida Bordés es académica de San Romualdo. Miembro de las tertulias Río Arillo y Rayuela. Escribe en Pléyade y Speculum

Hablillas

Hablillas, según palabras de la propia autora,

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Es la pregunta de estos días, ya se sabe, la anterior a cualquier fiesta y, en este caso, a la semana del Carnaval. Aunque las vacaciones no estén previstas, sí lo están la diversión en grupo o en pareja de la mano de la gastronomía y las coplas.

La incertidumbre vuela a lomos de este levante enloquecido con la respuesta asomando por las ráfagas en forma de aforismo regalado por la tradición oral.  Si la memoria se porta con normalidad, son más de dos semanas de vendaval y paracetamol, porque esta carrera silbante no deseadetenerse para descansar. Lo hemos visto en el móvil, en ese video donde un paisano bajo unos aerogeneradores pide una tregua con la gracia inigualable de este rincón andaluz. 

Si nuestros abuelos pudieran, serían ellos los encargados de responder al titular de manera afirmativa y tajante.Sin embargo, la consulta se hace al móvil por comodidad e inmediatez. Basta golpear con los dedos y arrastrar para ver en la pantalla un sol resplandeciente sobre la temperatura máxima en aumento progresivo hasta los veinte grados. A la alerta amarilla por este levante loco apenas se le presta atención, porque son muchos días dentro de ese recuadro azul más oscuro, ligeramente iluminado por el triángulo advertidor. En cualquier caso, los días pasan deseando un poco de flojera, que se abra un paréntesis donde esta velocidad aminore para tranquilizarnos, aunque se llame a la lluvia, tan deseada como necesaria, pero implorando en secreto su llegada para cuando pasen estos días, cumpliéndose el vaticinio de nuestros mayores evocados. Con agua o sin ella, el Carnaval se disfruta porque hay ganas de diversión. Es una fiesta donde el teatro sale con sus tablas a la calle para ir enganchado a las esquinas la crítica mordaz, incisiva e ingeniosa que sugieren las coplas y aplauden las carcajadas. Por eso, da igual si el levante se apacigua o se vuelve huracán, si caen gotas o chuzos de punta, si la primavera se atrasa o ha llegado con estos vuelos. La concurrencia, el público, el grupo zancajea desde el mediodía del sábado sin preocuparse por el cansancio de los parones, encontrando el alivio en las tapas,las alitas de pollo y los montaditos degustados con tono y compás.

Y lloverá cuando el levante afloje, obedeciendoa la sentencia dictada por los abuelos de nuestra infancia. Mientras tanto, el ventarrón carnavalea por La Isla levantando melenas y bufandas como si fueran plumeros, participando del estreno de nuestra plaza. ¡Que se lo iba a perder!
Pasémoslo bien con respeto y mesura.

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