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El Puerto

Impulsa El Puerto contratará al bufete Cosano para hacer frente a la demanda millonaria

La demanda, contra la empresa municipal y el Ayuntamiento ante el fracaso de Pozos Dulces, podría costarle a los portuenses cerca de 17 millones de euros

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  • Pozos Dulces. -

Impulsa El Puerto y el Ayuntamiento están contra las cuerdas. El motivo no es otro que la demanda millonaria interpuesta por los gestores de fondos europeos que les acusa de presuntas irregularidades, cometidas con "mala fe" y "deliberada actuación" para la frustación del proyecto de los aparcamientos subterráneos de Pozos Dulces y la Plaza de Toros, que comenzó a gestarse en 2008 con Enrique Moresco del PP, sufrió los retrasos de Alfonso Candón entre 2014 y 2015  en la firma de los contratos y el Acta de Inicio de Obra, la "obstaculización sistemática", "campaña de acoso y derribo contra el proyecto", apuntan,  por parte De la Encina -al que señalan comjo principal responsable del bloqueo del proyecto- tanto en la oposición como en el gobierno tripartito conformado por PSOE, Levantemos El Puerto e Izquierda Unida entre los años 2015 y 2019 y acabó con la declaración de caducidad de la Licencia e incautación del aval en 2022 por parte del primer edil, Germán Beardo, para restituir Pozos Dulces tras no encontrar ninguna solución viable ni inversor.  Presuntos incumplimientos que habrían causado "cuantiosos daños y perjuicios a los demandantes, AC JESSICA Y GED JESSICA ANDALUCÍA, que reclaman el pago de la cantidad de 16,6 millones de euros. Un dinero que saldría de las arcas municipales. Justo por eso, El Consejo de Administración de Impulsa El Puerto habría acordado este miércoles contratar al bufete Cosano y armarse así con uñas y dientes para protegerse, ella y el Ayuntamiento, frente a esta demanda millonaria. 

Además, solicitarán que la causa se traslade a los juzgados de El Puerto de Santa María ya que la demanda ha sido interpuesta en los juzgados de primera instancia de Madrid.

En definitiva, un sinfín de despropósitos que provocaron que un proyecto con una ejecución proyectada de 16 meses se haya alargado en el tiempo 10 años con un aparcamiento, sin acabar, enterrado y cuya finalidad no es otra por el momento que la de servir de macetero. Cabe recordar que las obras comenzaron en octubre de 2016 tras la renuncia al aparcamiento de Plaza de Toros. 

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