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Un proyecto apuesta por la sensibilización sobre los pueblos indígenas

Seis institutos participarán en talleres y otros tantos colectivos celebrarán conferencias

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  • Joaquín Páez presentó junto a Juan Molina y Moisés Villafañe el proyecto en el Ayuntamiento. -
Dar a conocer la cultura, las costumbres y el ecologismo bien entendido de la tribu indígena arhauco, que habita en la Sierra Nevada del suroeste colombiano, es el principal objetivo de un nuevo proyecto de sensibilización que ha puesto en marcha la Delegación de Cooperación Internacional y la organización no gubernamental Familias Solidarias-Caravanas por la Paz.

Una iniciativa que llegará a todos los sectores de la población a través de diversos recursos, a través de la impartición de talleres en seis institutos de la localidad dirigidos por el indígena Moisés Villafañe Izquierdo para que los jóvenes conozcan cómo viven estas personas y el gran respeto que tienen por el lugar físico en el que residen, al que consideran “el corazón del mundo”. Otros tantos colectivos sociales de la localidad también participarán en este proyecto acogiendo charlas y coloquios sobre la forma de vida de los arhuacos y los problemas que actualmente tienen con sus tierras fértiles debido al interés que en ella tienen las multinacionales y grandes empresas. Finalmente, también se elaborará una página web y un periódico trimestral en papel denominado ‘La voz de la tierra’ para llegar a un espectro aún más amplio de la población.

El delegado municipal de Cooperación Internacional, Joaquín Páez, aseguró durante la presentación que este proyecto responde a la necesidad de sensibilizarnos acerca de las tradiciones de otros pueblos, otras culturas, que tienen mucho que aportar. “Los arhuacos son un ejemplo claro del verdadero significado del ecologismo, ya que creen que su sierra es el corazón del mundo y que ellos tienen el importante deber de cuidarla al máximo”. Además, “se interrelacionan perfectamente con todos los pueblos de su alrededor”. Estos son los dos aspectos fundamentales que debemos aprender de ellos: a cuidar lo nuestro, sin dejar de compartir los recursos con los demás, apuntó Páez., para quien, además, en el transcurso de estas actividades “vamos a darnos cuenta de que muchas personas dependen de la distribución equitativa de los recursos para poder sobrevivir”.

Por su parte, el representante de la ONG Familias Solidarias-Caravana por la Paz, Juan Molina, destacó que se trata de un proyecto de continuidad del trabajo que llevan dos años realizando en Colombia y que ha permitido la creación de una escuela con capacidad para 80 escolares y el desarrollo de un proyecto de seguridad alimentaria. Unas iniciativas que han sido prácticamente financiadas en su totalidad por la Delegación de Cooperación del Ayuntamiento. “Agradecemos el gran esfuerzo que, nos consta, está realizando el Consistorio para apoyar proyectos de este tipo especialmente en momentos de crisis en los que, si nosotros tenemos dificultades para llegar a fin de mes, en estos países empobrecidos se están viviendo situaciones terribles de hambrunas”. Por ello, el objetivo de este proyecto en concreto “es llegar a los distintos sectores de la población para hacerles reflexionar sobra esta cultura desconocida y de la que no se habla en nuestra sociedad: los pueblos indígenas”, apuntó.

Por su parte, el indígena Moisés Villafañe aprovechó su intervención para explicar la situación que viven actualmente los pueblos indígenas de Colombia. “Tras 40 años de conflicto armado, la población indígena y, especialmente, los niños y los ancianos, son los que más sufren por la falta de alimentación y la imposibilidad de obtener cosechas por la destrucción o inutilización de muchos terrenos de cultivo”, expuso. Y es que en Colombia actualmente hay 82 grupos étnicos y 64 lenguas, encontrándose 20 de estos grupos en vías de extinción por la guerra o por las nuevas circunstancias que impone la expansión del capitalismo, aseguró.

Sierra Nevada es una montaña independiente de 5.800 metros de altura a sólo unos 60 kilómetros de distancias del mar con una biodiversidad única en el mundo y que es considerada por la tradición de estos pueblos como el corazón del mundo. “Nuestra cultura aún sigue intacta y nosotros queremos continuar viviendo así, pero para ello es necesario el apoyo y la comprensión de otros colectivos que nos ayuden a preservar nuestra forma de vida”, concluyó.

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