Los índices de popularidad del primer ministro han descendido de forma notoria recientemente debido, entre otras razones, al enfado del electorado por los planes del Gobierno de implementar un plan para reducir la enorme deuda pública japonesa, una estrategia con la que pretende retomar la senda del crecimiento a pesar del rápido envejecimiento de la población del país asiático. Una derrota en la cámara alta dificultaría considerablemente que el PDJ pudiese sacar adelante las reformas legislativas previstas.
Diversos analistas han situado al ministro de Finanzas japonés, Naoto Kan, como el principal candidato a suceder a Hatoyama. Kan ha presionado al Banco de Japón a que haga más para combatir la deflación y se dice que es más favorable que Hatoyama respecto a la posibilidad de aumentar en un 5 por ciento un impuesto sobre las ventas, una medida con la que se trataría de atenuar los costes del sistema de bienestar japonés.
Se trata de la cuarta ocasión consecutiva en que el primer ministro de Japón dimite antes de cumplir un año en el cargo.