La Operación Cepillo, iniciada para erradicar los delitos contra el patrimonio cometidos en iglesias, ha supuesto la desarticulación de este grupo delictivo al que se atribuye, además de los citados delitos contra el patrimonio, otro de sustracción de vehículo en grado de tentativa.
El grupo, que tenía como objetivos iglesias y ermitas poco concurridas, actuaba de noche para evitar ser sorprendidos y para la comisión de los robos empleaba la fuerza, fracturando cualquier tipo de acceso al inmueble, como puertas o ventanas, y una vez en su interior sustraía cualquier objeto de valor, generalmente dinero en efectivo.
Los agentes se incautaron en el registro en tres inmuebles varios de los efectos sustraídos, cuyo detalle no ha sido dado a conocer.