El mismo día de su cumpleaños, el 14 de enero, del 2015, la vida de Ana González dio un giro radical, fue en ese momento cuando la licenciada en Arquitectura y experta en Urbanismo, decidió, de la mano del actual alcalde de Chiclana, José María Román, dar un paso adelante y postularse para estar al servicio del ciudadano a través de la política municipal. Desde ese momento, Ana González, ha concluido dos mandatos al frente de una de las delegaciones más complejas, sobre todo en esta ciudad, la de Urbanismo, ahora, recoge el testigo de Cándida Verdier, como portavoz del Gobierno y delegada de Presidencia y Alcaldía, sin dejar la Delegación de Playas, y cede con “orgullo y satisfacción” el suyo a otro arquitecto y experto en la materia como es Rodolfo Pérez.
¿Cómo fue su primer contacto con la política municipal?
–La política no era una cosa que estuviera en mi pensamiento, pero en el año 2015 me llamó José María Román, él, entonces, buscaba un perfil más técnico para conformar el equipo de Gobierno para aquellos comicios, yo, me encontraba en medio de unas oposiciones para el cuerpo técnico de la administración de la Junta de Andalucía, había aprobado ya dos, pero me atrajo la idea de que mi ciudad pudiera avanzar en Urbanismo, y me comprometí. Le expresé que no podía estar al 100% en la campaña pues quería culminar mis oposiciones, pero para él, eso no fue un impedimento, pero cuando dije que sí, ya lo di todo. Fui de independiente, ocupé el cuarto puesto, y eso para mí fue un honor, era una forma de demostrarme que tenía confianza en mí. En el segundo mandato fui de número dos, y en este último el alcalde decidió que también debía de estar en el mismo puesto.
Ahora, cede el testigo en esta área a Rodolfo Pérez.
–He estado al frente durante ocho años, en los primeros, también de Turismo, cuando se va Joaquín Páez, se me incorporó Playas y cuando Cándida deja Diseminado, también me la dieron, en ese momento planteé que, aunque Turismo me encantaba, tenía que estar en las otras, así fue. No podría decir que Urbanismo es la principal, pero sí una de las fundamentales, y hemos llegado hasta el punto de entregar el avance del PGOM, era el momento de entregar el testigo a otra persona, porque creo que es beneficioso que haya movilidad en los cargos, y ahí estará Rodolfo, que lo hará igual o mejor que yo.
Y recoge las funciones de Cándida Verdier.
–Cándida ha sido, después del alcalde, la verdadera segunda del Ayuntamiento de Chiclana, aunque yo fuera de número dos, pero Cándida es la segunda que ha tomado las riendas de la ciudad y del partido, como secretaria general del PSOE Chiclana, ha sido portavoz durante muchos años y la verdad que es un auténtico referente. Ahora asumo los mismos roles que ella, pero sin dejar Playas. Quien no conozca a Cándida puede pensar que tiene otro talante, pero Cándida es una persona excelente, tanto en lo personal como en lo profesional, y espero estar a la altura del testigo que me ha dejado porque es muy gordo.
¿Hay algo que le gustaría heredar de Cándida en cuanto a la gestión?
–Tener la habilidad de escuchar todo lo que me transmiten. Cándida es una mujer feminista, luchadora, pero, sobre todo, muy consecuente con lo que es, y ella es capaz de empatizar y escuchar.
¿Por qué ha decidido continuar con Playas?
–Es una decisión del alcalde, pero las playas de Chiclana son la joya de la corona, y lo que vemos es precioso, pero es una delegación que requiere mucho trabajo, no solo la limpieza o las infraestructuras, hay muchas concesiones que gestionar. Ahora, estamos con la playa para perros, y hay muchos factores que intervienen. Es una delegación muy importante y agradezco que me pidan seguir con ella.
¿Cómo se puede conciliar la vida política de la personal?
–Nunca me quito el traje de delegada. De hecho, lo dije durante la celebración de un Pleno, hoy me lo quitaré para hablar como ciudadana, pero nunca lo hago. Además, es parte de tu responsabilidad, trabajar en política es saber que tendrás que hacerlo las 24 horas los siete días de la semana, quien no lo entienda así, no debería estar en esto. Cada persona es un mundo, y se lo puede tomar de forma diferente, pero tienen que tener la capacidad de implicarse e intentar resolver lo que se presente. Escucho a candidatos que dicen que tienen ganas e ilusión, y eso está muy bien, pero no es lo único, si te faltan las ganas, entonces quédate en tu casa, pero la política necesita de compromiso.
¿Le molesta que la paren por la calle para trasladarle opiniones?
–Todo lo contrario, me siento útil, lo malo sería que no te preguntasen. Es bueno que te paren, los hay que te agradecen tu trabajo, los menos, pero está muy bien conocer las opiniones de los vecinos. El alcalde, por ejemplo, puede tardar más de 15 minutos en atravesar una calle que se puede hacer en dos, pero él se para, habla con todos, porque él siempre está pensando en su ciudad, ya lo dije, Siempre Chiclana, no es un eslogan. José María es muy exigente, con su equipo de Gobierno, pero más aún con él mismo, por eso siempre tiene en la cabeza cómo mejorarla.
¿Tenía prejuicios de la clase política antes de entrar en ella?
–Nunca los tuve. Cuando estás dentro te das cuenta de que los políticos son personas, no somos dioses, aunque haya alguno que se lo crea, estamos al servicio del ciudadano. Somos personas y debemos ser cercanos con todos. La política es necesaria y los políticos somos necesarios, por eso debemos estar implicados con lo que hacemos.
¿Cómo ve Chiclana en un futuro?
–Espero que Chiclana avance realmente, que siga ese viaje que hemos iniciado, y que, en mi caso, se inició hace ocho años, ahora debe continuar. Chiclana ha avanzado muchísimo en los últimos tiempos, y si a los chiclaneros les va bien, significará que la ciudad avanza junto a ellos, sin dejar a nadie atrás, porque puede parecer una frase hecha, pero es muy importante contar con todos. No podemos olvidar que el término municipal de Chiclana es incluso más grande que el de Sevilla, no es una ciudad fácil de gobernar, pero creo que se está haciendo de la forma adecuada.
Por último, ¿cree que hay margen de mejora?
–Siempre. Soy una persona muy inconformista, siempre creo que todo es mejorable, y aunque vayamos en la senda adecuada, siempre queda tarea por hacer.
