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Eduardo Sibaja, Antonio Santana y Santiago Muñoz salen a hombros por la Puerta de Feria

Éxito de público, ganadero y alumnos en la novillada sin caballos de las escuelas taurinas

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  • Cortaron dos orejas cada uno -
En la noche del miércoles y fuera de abono, se celebró a partir de las 21,00 horas una novillada sin caballos en clases prácticas, para alumnos de diferentes escuelas de tauromaquias, habiéndose lidiado 4 erales y 3 añojos de la ganadería de Miguelin bien presentados, bravos y encastados siendo aplaudidos en el arrastre muchos de ellos, pero casualmente el marcado con el número 13 fue el garbanzo negro de la novillada.

La plaza a pesar de coincidir con partidos de futbol del mundial, de ser la noche de las hogueras en las playas algecireñas, registró más de media entrada de público en los tendidos (7.500 personas). ¡Quién ha dicho que no hay afición en Algeciras! Porque la hay y de la buena desde la raíces. Todos los alumnos de la escuela de Algeciras hicieron el paseíllo vestidos de corto, interviniendo en diferentes tercios de la lidia, teniéndose que destacar la buena actuación en banderillas del joven Corruquito.

Antonio Santana, Eduardo Sibaja Castillo y Santiago Muñoz máximos triunfadores al cortar cada uno dos orejas y salir a hombros por la Puerta de Feria


Alumnos (Erales)

Verónica Rodríguez, de la escuela de San Fernando, abrió plaza y toreó a la verónica con mucho empaque y profundidad, estando muy en torero de arte y pellizco. Con la muleta demostró sus buenas cualidades, pero al fallar con los aceros tirándose a matar citando con la toalla del hotel, perdió las orejas. Gran ovación desde el tercio.

Borja Jiménez de la escuela de Espartina, recibió a su eral con una larga cambiada, prosiguiendo lanceándolo con las buenísimas cualidades que atesora este jovenzuelo ciclón de Espartina. Con la muleta dio un verdadero concierto de valentía y de saber lo que hace, porque de profesor en la escuela tiene ni más y ni menos que al padre del maestro Juan Antonio Ruiz Espartaco. ¡Ah!, estaba tan confiado ante el novillo, que en una ocasión le perdió la cara y fue volteado por la espalda. Al fallar con los aceros perdió las orejas. Recibiendo una gran ovación desde el tercio.

Antonio Santana de la escuela de Málaga, compuso la figura muy bien en los lances de capote. La faena de muleta la comenzó flexionando muy toreramente las rodillas, y prosiguió por ambas manos sacando derechazos y naturales con guapeza y torería. Gran estocada siéndole concedida las dos orejas.

Eduardo Sibaja Castillo de la escuela de Algeciras, una vez más no tuvo suerte en el sorteo, habiéndole tocado en esta ocasión el marcado con el número 13. Un manso de solemnidad que no quiso pelea con el capote, pero tras recibir el primer par de banderilla se dolió arreando de lo lindo. Y es por lo que en la faena de muleta había que estar muy firmes y valiente con el de Miguelín. Castillo lo estuvo exponiendo una barbaridad siendo empalado en varias ocasiones, pero volvía de nuevo a la cara del eral, llevándose la última voltereta cuando entró a matar, cortándose con el estoque la planta del pie. Le concedieron dos orejas y tras la vuelta al ruedo, pasó a la enfermería donde le dieron tres puntos.

Alumnos (Añojos)
Jiménez López de la escuela de Algeciras, recibió a su añojo a porta gayola sentado en una silla, posteriormente le recetó una larga cambiada y continuó variado con el capote. Con la muleta la comenzó pegado en tablas sentado en una silla dándole una buena tanda. Posteriormente estuvo voluntarioso pero el becerro se le quedaba en los tobillos. Falló con los aceros recibiendo una gran ovación saludando desde el tercio.

Santiago Muñoz de la escuela La Gallosina del Puerto de Santa María, sorprendió muy gratamente porque toreó a la verónica con mucha elegancia. Con la muleta compuso una faena muy fina, torera con espaciosidad y temple sin dejarse enganchar. Estocada sin puntillas siéndole concedidas las dos orejas.

Jesús Nieto de la escuela de Algeciras, que debutaba como becerrista, estuvo valiente y aseado tanto con el capote como con la muleta. El becerro era muy bravo y lo empaló en varias ocasones, pero el chaval volvía a ponerse delante. Media en buen sitio. Ovación y saludo.

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