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El trabajo preventivo en las aulas evita llegar a ser un maltratador

El trabajo preventivo que se lleva a cabo en los colegios sobre la violencia machista disminuye la probabilidad de que los adolescentes sean maltratadores, si bien no es la única herramienta para luchar contra esta lacra, ya que lo necesario es erradicar el pensamiento machista en la sociedad.

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  • María José Díaz, codirectora del estudio, en la presentanción de los resultados del informe realizado.
El trabajo preventivo que se lleva a cabo en los colegios sobre la violencia machista disminuye la probabilidad de que los adolescentes sean maltratadores, si bien no es la única herramienta para luchar contra esta lacra, ya que lo necesario es erradicar el pensamiento machista en la sociedad.

Estas son las principales conclusiones del estudio Igualdad y Prevención de la violencia de género en la adolescencia que aunque fue presentado por Igualdad la semana pasada, la codirectora, María José Díaz, expuso ayer las propuestas de actuación para erradicar este tipo de violencia desde las edades tempranas y aportó nuevos datos.

En el estudio participaron 11.020 estudiantes de entre 13 y 18 años y 2.727 profesores, pertenecientes a 335 centros educativos de toda España.

Díaz ha señalado que el estudio -que refleja que el 3,2 por ciento de los adolescentes son maltratadores y el 4,9 por ciento de las chicas, víctimas- detecta avances pero no son suficientes, debido a que el modelo de mentalidad machista entre la sociedad está extendido.

Precisamente, esta mentalidad que implica la justificación de la violencia y el modelo “dominio-sumisión” dentro de la familia, es uno de los factores de riesgo para que un adolescente se convierta en maltratador.
Otra de las causas es que el joven justifique el sexismo y la violencia como forma de responder a una agresión, esto lo han aprendido a través de los modelos y consejos que han escuchado de su entorno, porque “nadie nace maltratador”, sino que aprende a serlo.

Tampoco existe un perfil específico de agresor o de víctima, tal y como ha explicado Díaz, aunque la responsable de metodología del estudio, Rosario Martínez, ha afirmado que han encontrado indicios de mayor presencia de conductas en los agresores y las víctimas como el fracaso escolar, menor lectura o el consumo de sustancias ilegales.

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