El informe, elaborado por la comisión para el tratamiento de denuncias por abusos sexuales por parte de religiosos en Bélgica, y creada por la conferencia episcopal hace una década, revela además que hubo 13 suicidios de víctimas de pederastia por miembros del clero.
El ex presidente de la comisión, el psiquiatra infantil Peter Adriaenssens, ha denunciado las “presiones” y la ley del silencio que ha imperado durante décadas en el seno de la iglesia belga sobre el asunto en la rueda de prensa de presentación de las investigaciones.
A lo largo de 200 páginas, se recogen los testimonios de varios centenares de antiguos alumnos de instituciones educativas de la iglesia que entre 1960 y 1985, principalmente, sufrieron abusos de religiosos.
Uno de los apartados más escalofriantes es el de los suicidios de las víctimas de los abusos, ya que se han
confirmado trece casos y se ha contabilizado otras seis tentativas.
En el informe aparece el testimonio de una de esas víctimas que intentó suicidarse después de ser obligado a mantener relaciones sexuales con un sacerdote en un internado y que explica que ha decidido vivir lejos de Bélgica donde lleva cuatro años de terapia.
“Cada noche debía pasar por su habitación para estar con él. Si no lo hacía, él llamaba a mis padres para inventar alguna excusa que me obligara a ir”, explica en una carta en la que afirma que el cura le dijo que iba a “conocer la intimidad y ternura humana” con él y “poco a poco”.
Otra víctima que ha denunciado abusos explica que tras el episodio pasó de “niño violado a adulto abusador”, comportamiento que le llevó a cometer agresiones sexuales contra menores y ser condenado a ocho años de prisión.
Los testimonios, a quienes se ha respetado su anonimato en el informe, hablan de violaciones por vía anal y oral, así como de masturbaciones, en su mayoría en dependencias de la iglesia.
Dos tercios de las víctimas, con edades entre los 12 y los 15 años, eran varones y un 90% flamencos.
La investigación también revela que uno de cada dos religiosos acusados por las víctimas ya han fallecido.
Muchos de los delitos ya han prescrito, por lo que la mayoría de las víctimas ya no puede llevar su caso a la justicia.