El proyecto, según ha informado el Ayuntamiento en un comunicado, prevé la construcción de ocho dársenas, "número suficiente" para atender a los 50 servicios de transporte con los que cuenta actualmente el municipio (desde la estación de autobuses a las capitales de Andalucía oriental, además de Sevilla, Madrid, Valencia, Barcelona, Alicante y Benidorm, así como a todos los pueblos de la provincia de Jaén).
Para el delegado de Obras Públicas y Vivienda, Rafael Valdivielso, este proyecto "permitirá dotar a Baeza de una estación moderna y óptimamente ubicada junto al centro histórico, que mejorará la atención al ciudadano usuario del transporte público y que dará una mejor imagen de la ciudad a los turistas que la visitan, a la vez que actuará como un elemento potenciador de la economía local". Se trata, como ha apuntado en definitiva, de favorecer a los más de 900.000 viajeros que utilizan sus instalaciones anualmente.
Asimismo, ha recordado que el gran objetivo de la Junta de Andalucía es avanzar en la "cohesión social y territorial", invirtiendo tanto en infraestructuras viarias como de transporte para llegar a "cualquier rincón de la provincia". "Tenemos claro que nuestro esfuerzo, nuestras actuaciones y nuestros proyectos van dirigidos a los ciudadanos, que son nuestro centro de atención", ha añadido tras precisar que "las infraestructuras no son un fin en sí mismo sino un instrumento para mejorar la calidad de vida de los jiennenses".
UNA GRAN MARQUESINA
La nueva estación de autobuses se conforma como una gran marquesina que se pliega y que acoge a los viajeros en su interior. El proyecto recoge espacios acotados, pero visualmente abiertos que dotarán de un carácter urbano la intervención. La fachada hacia la Avenida Puche Pardo se constituye como elemento más opaco y conformador de la ciudad, frente al alzado sur, que recoge las circulaciones de los vehículos y se abre hacia el futuro espacio libre.
El espacio se ordenará mediante tres zonas claramente diferenciadas: la de autobuses, la de pasajeros acotadas y la de pasajeros al aire libre. Bajo la gran marquesina se situarán ocho dársenas para la llegada de autobuses y el espacio libre de espera cubierto. El edificio estará limitado por dos grandes pantallas de hormigón blanco que recortan la sección del mismo y dotarán de singularidad manifiesta a la intervención.
La zona acotada de acceso controlado se evidencia como una caja de vidrio que reúne los diferentes servicios de atención al viajero. Dentro del edificio se situarán la sala de espera, la cafetería y cocina, las taquillas, oficinas, puesto de control y aseos.