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España

Los equipos de rescate localizan la caja negra del aparato siniestrado

La caja negra del avión siniestrado el jueves en Cuba con 68 ocupantes, todos fallecidos, fue encontrada este viernes durante las labores de rescate e investigación del mayor accidente aéreo ocurrido en la isla en los últimos 20 años.

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La caja negra del avión siniestrado el jueves en Cuba con 68 ocupantes, todos fallecidos, fue encontrada este viernes durante las labores de rescate e investigación del mayor accidente aéreo ocurrido en la isla en los últimos 20 años.

Rolando Díaz, fiscal jefe de la provincia central de Sancti Spíritus, confirmó a medios locales el hallazgo de la caja negra y de voz correspondiente a la aeronave ATR-72 de la compañía cubana Aerocaribbean, que se estrelló en un paraje rural de esa región mientras cubría la ruta Santiago de Cuba y La Habana.

La localización de la caja negra contribuirá a esclarecer los motivos del accidente, sobre los que no se ha ofrecido por el momento información o indicio alguno.

Un día después del siniestro también se supo que los cuerpos de los ocupantes del avión quedaron todos calcinados ya que la nave explotó y se incendió al caer al suelo.

Los restos mortales de las víctimas -40 cubanos y 28 extranjeros- serán trasladados al Instituto de Medicina Legal de La Habana para su identificación por parte de expertos.

Desde la mañana del viernes, decenas de pobladores de Guasimal, la zona rural donde se estrelló la aeronave, se concentraron a la entrada de uno de los accesos que conducen al intrincado lugar donde se encuentran los restos del avión, que está vigilado por una posta de policía y militares.

Según indicaron a Efe algunos de esos vecinos, ayer ellos mismos acudieron de inmediato para intentar socorrer a las víctimas del accidente tras presenciar como el avión perdía el control, giraba, echaba humo y perdía parte de su fuselaje hasta caer en un área de lodazales y bosques de marabú.

Mirelda Borroto, de 44 años, narró a periodistas que "el pueblo entero" corrió al lugar para ver si se podía hacer algo pero "cogieron miedo" por el fuego que se desató tras caer la nave y explotar.

"No sabíamos de dónde venía ese avión, si el problema había sido una bomba", explicó Borroto quien, según relató, fue la persona que guió a las máximas autoridades locales hasta el lugar del siniestro.

Añadió que fue una vecina de los alrededores la que llamó a Sancti Spíritus para avisar a la policía y otros responsables locales sobre el accidente.

El acceso abierto en la carretera de Guasimal ha permanecido con vigilancia policial y hasta ahora no se ha permitido a la prensa acercarse al lugar del accidente, al que solo han podido pasar algunos medios oficiales de la isla.

Este ha sido el accidente aéreo más grave sucedido en Cuba en las últimas décadas después del ocurrido en septiembre de 1989, cuando un Il-62 con destino a Milán cayó en La Habana poco después de despegar y murieron sus 115 ocupantes, dos cubanos y 113 turistas italianos así como 40 personas en tierra.

El pueblo cubano y su gobierno recibieron las condolencias de diversos países como el caso de Estados Unidos, España, la Comisión Europea, Venezuela, Sudáfrica y la Iglesia Católica.

Desde París, el grupo europeo ATR, que fabricó el avión accidentado, ha puesto a disposición de Cuba un equipo de especialistas para la investigación del siniestro que podría desplazarse a la isla caribeña si se le solicitara.

El aparato, un turbohélices ATR 72-212 con capacidad para entre 68 a 74 pasajeros, llevaba el número de serie 459, había salido de fábrica en noviembre de 1995 y desde entonces acumulaba cerca de 25.000 horas de vuelo en más de 34.500 vuelos.

El desastre aéreo de Cuba ha coincidido además con una serie de adversidades meteorológica en el occidente y el oriente del país que han causado que toda la isla se encuentre movilizada.

Si el siniestro afectó a la zona central del país, el extremo oriental se encuentra en alerta por la amenaza del huracán "Tomás".

En la punta occidental un frente frío procedente del Golfo de México ha obligado a declarar también la alerta en varias zonas de la ciudad de La Habana por el riesgo de inundaciones y penetraciones de mar.

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