Según uno de esos cables el embajador británico en Portugal, Alexander Wykehams Ellis, informó a su colega estadounidense.
Aquella reunión tuvo lugar dos semanas después de que los padres de la pequeña, Kate y Gerry MacCann, fueran declarados formalmente “arguidos” (sospechosos) por la policía portuguesa.
En un cable diplomático de carácter confidencial, el embajador estadounidense informaba de que su colega británico reconoció que la policía británica había “desarrollado pruebas” contra los McCann y que las policías de ambos países estaban “colaborando”.
Esos comentarios parecen contradecir la idea de que la consideración de sospechosos en la desaparición de la niña, se debía únicamente a supuestas maquinaciones.