La explosión se produjo en una de las entradas de Jerusalén, entre la estación central de autobuses de la ciudad y el principal centro de congresos, a unos doscientos metros del famoso puente colgante de Santiago Calatrava y zona de tránsito masivo a cualquier hora del día.
“Un bolso con una carga de entre uno y dos kilos estalló fuera de un autobús”, dijo a Efe el ministro israelí de Seguridad Interior, Itzhak Aharonovich.
La explosión liberó una gran cantidad de bolas de acero que habían sido adosadas al material explosivo, que fue abandonado en un bolso junto a una parada de autobús y una cabina telefónica.
Una mujer que estaba en estado crítico ingresó cadáver en uno de los hospitales de la ciudad, y otros dos heridos siguen en estado grave. El resto tienen heridas leves.
La víctima mortal es una mujer de 59 años que probablemente estuviera cerca del artefacto, porque, según explicó el director del Maguen David Adom (equivalente a la Cruz Roja), Eli Bin, al explotar la bomba en una zona abierta la onda se dispersó, por lo que no causó más muertos.
Yishai Cohen, un joven ortodoxo de 21 años que estaba a unas decenas de metros del lugar, relató a Efe cómo vio a gente correr detrás de una persona con camisa roja justo después de la explosión”.