La pasada semana se celebraba en Jaén un encuentro de jóvenes cooperativistas del sector agrario. Una cita en la que abordaron asuntos correspondientes a su ámbito, entre los que destacó uno en concreto: el relevo generacional.
Estos cooperativistas explicaron que una de las principales trabas para conseguir atraer a los jóvenes a emprender en el campo está en la carga burocrática, pues les hace sentirse abrumados ante la cantidad de papeleo que es necesario abordar para ser agricultor.
Días después de este encuentro, el ministro de Agricultura, Luis Planas, pasó por la capital provincial jienense. Una ocasión que los periodistas aprovecharon para preguntarle acerca de esta preocupación evidenciada por los jóvenes cooperativistas.
Planas llegó a subrayar en sus respuestas que el relevo generacional es su principal preocupación en torno al sector agrícola y que se encuentra trabajando para encontrar una solución. También declaró que busca la forma de reducir la carga burocrática, la cual reconoció, aunque si bien expuso que, por ejemplo, en relación a la PAC, la cantidad de dinero que se destina a los agricultores requiere de un control exhaustivo para garantizar que el uso del mismo sea correcto. No obstante, tras referirse a ello volvió a incidir en que hallar la forma de reducir la carga burocrática es un asunto de relevancia.
Este es un ejemplo en el que el papeleo se convierte en un aspecto que provoca temor a la hora de lanzarse al emprendimiento, no solo por el tiempo que se le debe dedicar sino, también, por el desconocimiento existente en torno a él. Pudiendo provocar la sensación de saltar al abismo o, incluso, rechazo.
Obviamente, no todo requiere de la misma cantidad de burocracia. No obstante, esa cantidad de dudas que surgen sobre qué documentos son necesarios rellenar o disponer para tal o cual cosa, a dónde acudir para su entrega, dónde obtenerlos y cómo funcionan los procesos están muy presentes, sobre todo entre los jóvenes. Bien sea para la solicitud de una beca, una hipoteca, permisos de obra, escritura de un piso o casa…
Estos últimos son asuntos de la vida diaria que pueden realizarse de la mano de los padres, que asesoran y dan consejo por su experiencia, pero, hasta con ello, el joven llega a sentirse perdido a veces, dando múltiples viajes, por puro desconocimiento, hasta que logra disponer de todo lo necesario. Paseos que se eternizan, porque no dejan de surgir nuevos elementos que no conocía y en los que debe de andar continuamente haciendo preguntas o pidiendo indicaciones para saber cuál es el siguiente paso, y lograr evitar, así, retroceder uno por cada tres que avanza.
No obstante, no en todas las familias hay personas que sean trabajadores autónomos. El abismo se hace más profundo para el joven si en la cercanía del hogar, donde encontrar respuestas rápidas, nadie puede indicarle qué son los epígrafes, cómo funcionan las altas, qué espacios consultar para estar al tanto de subvenciones o a dónde acudir para solicitar o entregar documentos al no saber a qué institución corresponden.
Cierto es que todo está en internet, pero a veces hasta ahí es difícil encontrar respuestas concretas y no salir con aún más preguntas. También están los centros de asesoramiento, pero la falta de conocimiento del que se inicia por primera vez puede volver los procesos más lentos por todo lo que debe ir aprendiéndose, aunque cuente con ayuda.
A pesar de encontrarnos en un momento donde políticos y administraciones llaman cada vez más al emprendimiento, no se transmite el conocimiento necesario en relación a estos temas desde la adolescencia o la juventud temprana.
La burocracia no va a desaparecer, es necesario disponer de unos registros para garantizar un control y correcto desarrollo de la vida en sociedad, pueda ser menor o no la cantidad. Sin embargo, se requiere de una mayor transmisión de información acerca de estos mecanismos. Para agilizar los procesos y facilitar al individuo su avance.
Complejo es comenzar un camino sin saber qué direcciones tomar. Al menos podría hacerse sabiendo cuál es el primer paso.
