El Racing de Santander se dejó los primeros puntos de la temporada como visitante. 7/7 habían hecho los de José Alberto lejos de El Sardinero hasta que llegaron a una Rosaleda que es inexpugnable.
Primeros minutos muy igualados, algo que se podía prever. Ambos equipos se mostraban contemplativos, macerando el encuentro. Eso sí, el ritmo y la sucesión de ataques por los dos bandos no cesaba.
Yanis Rahmani, novedad en el once titular ante la sanción de Kevin, hilvanó alguna que otra pared interesante con Víctor García. Mientras tanto, los cántabros tiraban de aprovechar destellos de calidad de los Íñigo Vicente, Andrés Martín y compañía.
El propio Rahmani gozó de una ocasión clarísima alcanzado el minuto 24. El extremo recibió una asistencia maravillosa entre líneas que lo dejó solo ante Ezkieta. Lo regateó, pero con la portería vacía mandó el balón fuera.
En el área local, Alfonso Herrero se mostró con la seguridad de siempre. A penas un tiro de Andrés Martín desde la frontal del área que le obligó a mancharse el traje lanzándose al suelo.
El Málaga fue ganando en confianza conforme pasaban los minutos y supo adueñarse del partido. Gozó de otra clarísima en el 36'. Rahmani volvió a ser determinante con otra gran jugada que terminó con el balón en los pies de Larrubia dentro del área. Tras un rechace, Yanis remató al pecho de un jugador. El enésimo rebote le cayó a Víctor García, que obligó a Ezkieta a mandar su disparo a saque de esquina.
Las ocasiones de gol por parte blanquiazul comenzaron a llegar por doquier. Primero, con un Roko Baturina que se plantó solo ante el portero visitante, el cual le adivinó las intenciones y paró con los pies. La jugada inmediatamente posterior fue un chut de Lobete a bocajarro que obligó a Ezkieta a hacer su enésimo paradón. El Málaga era un vendaval.
Con esto se llegó al final de una primera parte en la que los de Sergio Pellicer fueron ampliamente superiores y se merecieron irse a vestuarios con el marcador por delante.
La segunda mitad siguió el mismo guion que su homónima anterior. El dominio y las ocasiones más claras caían siempre de lado malaguista. Dioni Villalba entró por Roko Baturina y le dio mayor profundidad a un equipo que no dejó en ningún momento de ser superior al líder indiscutible de esta categoría.
Entró Antoñito Cordero y, esta vez sí, fue recibido con un sonoro aplauso. La afición, una vez más, de 10.
Allfonso Herrero también gozó de su momentazo, como no podía ser menos. Y es que, más allá del buen trabajo defensivo del Málaga, el Racing es mucho equipo. Lago Junior tuvo una clarísima que desvió el meta toledano con los pies.
Cordero era un incordio por la banda izquierda en los últimos minutos. El jerezano gozó de varias, siempre pisando área. El Málaga le puso empeño y fe, pero las constantes embestidas no llegaban a cuajar en gol.
El equipo de Sergio Pellicer suma un nuevo punto en su lucha por la permanencia (ya van 22), acumula su sexta puerta a cero consecutiva y consigue hacerle al Racing lo que nadie más le ha hecho: quitarle puntos lejos de sus dominios.
