La comparsa de Juanmi Armuña repite experiencia en el Concurso del Falla llevando a las tablas a un comandante de barrio, un concepto que les sirve para hablar un poco de todo sin seguir un hilo claro. El genérico canto al amor del primer pasodoble se transforma en una declaración a Cádiz, a la que quieren conquistar. Segundo pasodoble que no es ni de izquierdas ni de derechas, para advertir a los políticos que cuando llegue el día irán a por todos. Primer cuplé a la IA; surrealista remate del segundo, en el que se preguntan si cuando muere un vegano se reencarna o se reenverdura. El grupo mejora en cuanto a conjunto respecto a otros años, pero sigue sufriendo problemas en la interpretación.
Lo mejor Como cada año, su apuesta por la inclusión con la traducción a lengua de signos
Lo peor La idea resulta bastante difusa y con poco recorrido, por lo que tiene poca influencia en el repertorio
