Zapatero ha prometido su cargo como consejero vitalicio del Consejo de Estado apadrinado por el exministro de Justicia Fernando Ledesma y quien fue su exvicepresidenta en el Ejecutivo María Teresa Fernández de la Vega, a la que ha definido como su "leal, eficaz e incansable compañera de tantos y tantos afanes". De la Vega ha sido la encargada de colocar a Zapatero la medalla de consejero mientras que Ledesma le ha vestido con la toga.
El expresidente del Gobierno se ha limitado en su intervención a valorar el trabajo del Consejo de Estado pero ha aprovechado también para pedir un esfuerzo colectivo europeo para salir de la crisis. "Para participar en él, el Gobierno de España debería contar con todo el apoyo político e institucional que se le pueda prestar", ha sostenido.
Zapatero ha defendido que Europa avance en un proyecto común, no sólo con consecuencias económicas y políticas sino también jurídicas. La reforma de los tratados, ha dicho, afectará también a las competencias de sus estados miembros, "un momento europeo cuasiconstituyente en el que el Consejo de Estado podrá proyectar su 'autoritas' y su saber experto sobre las consecuencias que pueda comportar".
Por lo demás, Zapatero se ha comprometido a poner su experiencia en el Gobierno al servicio del Consejo, ha subrayado la importancia de esta institución a lo largo de la historia del país y ha confiado en ser útil para su labor.
El acto ha estado presidido por la actual vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, a quien Zapatero ha trasladado su "aprecio" y deseado suerte en el Gobierno, y entre los muchos invitados se han reunido varios miembros del Gabinete de Zapatero: Alfredo Pérez Rubalcaba, Francisco Caamaño y Antonio Camacho, quienes han compartido una conversación informal antes del acto.
El presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, ha repasado brevemente las biografías de los nuevos consejeros que toman posesión este jueves y ha agradecido a Zapatero las modificaciones legislativas que han dotado al Consejo de Estado de nuevas competencias y, en concreto, para que realice los estudios que el Gobierno le solicite sobre las reformas constitucionales.
Además, ha recordado el informe sobre la modificación de la Constitución que esta institución realizó a petición del Ejecutivo de Zapatero, que luego renunció sin embargo a modificar la Carta Magna, y ha lamentado que se haya perdido esta oportunidad para una reforma que él considera necesaria.
RETIRADA DE IRAK Y ETA
En el repaso que ha hecho del trabajo del Gobierno de Zapatero, Rubio Llorente ha empezando recordando la retirada de las tropas de Irak y el abandono de la actividad armada por parte de ETA. Sobre esto último, ha subrayado que es el resultado de la "acción continuada" de partidos políticos, jueces y fiscales, policía y sociedad en general, pero también se debe "no poco al esfuerzo" de los gobiernos de Rodríguez Zapatero a lo largo de sus dos legislaturas.
Rubio Llorente ha alabado a continuación la labor "especialmente enérgica" de los ejecutivos socialistas por ampliar la igualdad entre los españoles, entre otros aspectos entre hombres y mujeres, políticas con las que se han conseguido avances y han logrado "que la sociedad tome conciencia".
Pero a continuación, el presidente del Consejo de Estado ha reconocido que todas las políticas de Zapatero "han pasado a un segundo plano" por su estrategia económica. Ha recordado las críticas que recibió por su "aparente" indiferencia ante el origen de la crisis hace unos años y por las medidas que finalmente se vio obligado a tomar. A su juicio, las últimas reformas acometidas por el Gobierno de Zapatero demuestran que "optó por la ética de la responsabilidad sobre la ética de la convicción".
Por último, ha elogiado que, al igual que José María Aznar, Zapatero no aceptara intentar un tercer mandato pasando como expresidente a ser miembro nato del Consejo de Estado, donde su imagen "queda mejor salvaguardada".