La Consejería de Turismo y Comercio de la Junta de Andalucía dispone únicamente de un inspector para garantizar que los casi 20.000 establecimientos minoristas de la provincia cumplen con la normativa vigente. Esta ausencia casi total de inspecciones permite que muchos negocios “campen a sus anchas”, una permisibilidad que va precisamente en perjuicio de aquellos que sí cumplen la legislación.
El presidente de Acoje, Fernando García, advierte de que la “picaresca” está favoreciendo que todos los profesionales del sector no partan en igualdad de condiciones a la hora de fijar los precios para sus productos, lo que paradójicamente beneficia a quienes desatienden la normativa.
García pone como ejemplos determinados negocios “que todos conocemos” en los que se ofrece una amplia variedad de productos a precios reducidos. En esos establecimientos trabaja “gente que no está dada de alta” e incluso “menores de edad”. Además, “infringen las normas de acondicionamiento o de accesos para minusválidos”, al tiempo que se venden conjuntamente “productos de alimentación con otros tóxicos” o juguetes que según la normativa de la Unión Europea “no son aptos para menores”.
Según el presidente de Acoje, la Administración autonómica justifica esta práctica ausencia de inspectores en los recortes que se han venido aplicando en estos últimos años. De hecho, no hace demasiado tiempo eran cuatro los profesionales que velaban en la provincia por el cumplimiento de la legislación comercial. “De cuatro se pasó a tres, de ahí a dos, y ahora sólo tenemos uno”, lamenta García.
Un 17,02% menos de comercios en tres años
Según los datos consignados en el Anuario Económico de La Caixa, Jerez cerró el pasado ejercicio con 3.166 actividades comerciales minoristas, lo que supone un 17,09 por ciento menos que en 2008, cuando se contabilizaban 3.819 de estos negocios. La pérdida ha sido aún más importante en el conjunto de la provincia, pasándose en este mismo periodo de tiempo de 25.456 a 19.850 actividades comerciales de carácter minorista, un 22,02 por ciento menos.
Se da la paradoja de que en estos últimos años se ha observado un auge notable de los establecimientos multiprecio regidos por súbditos de origen asiático, que en muchos casos incumplen con la normativa vigente en buena medida como consecuencia de la ausencia casi total de inspecciones.
