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Mundo

El referéndum de independencia de Escocia, el 18 de septiembre

Del año 2014

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El primer ministro escocés, Alex Salmond, ha anunciado este jueves en el Parlamento que Escocia celebrará el referéndum sobre su independencia el 18 de septiembre de 2014, con lo que se inicia la cuenta atrás para una consulta en la que confía en convencer a la mayoría de los cinco millones de escoceses para que apuesten por la secesión de Reino Unido.

   La formación de Salmond, el independentista Partido Nacional Escocés (SNP), logró la mayoría de los escaños del Parlamento escocés en las elecciones celebradas en mayo de 2011, lo que dio a este veterano político una oportunidad que él mismo define como "única" para desvincular el país de Reino Unido.

   Sin embargo, el SNP afronta una complicada batalla con el referéndum toda vez que las encuestas de opinión reflejan que sólo el 30 por ciento de los escoceses respaldan la independencia, frente a una mayoría del 50 por ciento que apuesta por que el país mantenga su estatus actual dentro de Reino Unido.

   El SNP se queja de que el Parlamento británico, en el que los representantes escoceses son una clara minoría porque Inglaterra tiene una población mucho mayor, no representa los intereses particulares de los escoceses.

   "Un voto por el 'sí' significa un futuro en el que podemos estar seguros, cien por cien seguros, de que el pueblo de Escocia tendrá el gobierno por el que vota", ha subrayado Salmond, en el discurso ante el Parlamento escocés en el que ha anunciado la fecha de la consulta independentista.

   "La elección está más clara cada día que pasa. Es la oportunidad de usar nuestros vastos recursos y nuestro talento para construir un país mejor o continuar con un sistema basado en Westminster que simplemente no funciona para Escocia", ha afirmado.

   El SNP argumenta que los recursos petroleros del Mar del Norte y la industria local agrícola, la pesca y la industria del whisky permitirá a una Escocia independiente ser próspera en el plano económico. Otros partidos de Edimburgo y el Gobierno británico mantienen que la secesión perjudicará a Escocia y al resto de Reino Unido.

   Los críticos con el SNP aseguran que las reservas petroleras cada vez son menores y que Escocia se vería perjudicada por la pérdida del generoso repartos de impuestos que recibe ahora por ser parte de Reino Unido.

   La independencia escocesa representaría un verdadero reto para el resto de Reino Unido, además de suponer un problema por el hecho de que la bases de la flota de submarinos nucleares Trident de la Marina británica está basada en territorio escocés.

   Además, habría una serie de incertidumbres para la propia Escocia, como, por ejemplo, si podría continuar siendo parte de la Unión Europea o se vería obligada a tener que negociar su reincorporación al bloque comunitario.

   Los detalles del referéndum fueron acordados por los primeros ministros de Escocia y Reino Unido, Alex Salmond y David Cameron, respectivamente, en octubre de 2012. En la consulta, los escoceses tendrán que responder a la siguiente pregunta: "¿Debería Escocia ser un país independiente?".

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