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Sevilla

De Juli, a don Julián...

Un año, un año que para los que vivimos el toreo, quizás, se cuente de Domingo de Resurrección en Domingo de Pascua, un año, más que litúrgico, taurino, en el que la presencia de el Juli, era efímera, se nos antojaba, como, miel para los labios, pero algo caduca, quizás el poco fuelle del famoso G-1

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Un año, un año que para los que vivimos el toreo, quizás, se cuente de Domingo de Resurrección en Domingo de Pascua, un año, más que litúrgico, taurino, en el que la presencia de el Juli, era efímera, se nos antojaba, como, miel para los labios, pero algo caduca, quizás el poco fuelle del famoso G-10, han tenido la culpa. Y llegó, y como que si llegó, mas bien no es que llegara, porque llegar, llegan muchos. Quizás, marque esto el año en la temporada, algo deslucida en lo que a carteles y figuras se refiere, pero, donde se va a ver claramente, que dondeaparcan las figuras, no hay más que desquitarse.

Llegó la primera, de abono, la esperada, la que esperaba, ansiosa la Sevilla taurina, y más aun, con un cartel que invitaba a ello, con un Morante, que se quedo a mediascon el tarro de las esencias, y un Manzanares que no tuvo su tarde, pero que poco tiene que demostrar. Si bien, el de Velilla de San Antonio, venia cumbre hasta en sus andares, no hablaré de tarde cumbre, quizás me expresaré mejor, con hombre clave para una tarde deslucida, la papeleta, era de esas, que a cualquier torero consagrado, le gustan tener para sí, tras un año sin pisar el Baratillo, el Juli, sabía por y para lo que venía, con la escopeta cargada desde el inicio, y  a Portagayola en los dos de su lote. Lo que demuestra, el momento de madurez que atraviesa, con la muleta, en el quinto de la tarde, dejó claro que había vuelto a Sevilla, lleno de ganas y facultades, con la espada en ambos, cumbre, como cumbre, fue la Puerta del Príncipe con sus tres orejas. Yaún le quedan en esta feria dos tardes, la más importante la del domingo de Miuras, donde quizás pase, de Juli a don Julián…

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