El piloto español de Ferrari, Fernando Alonso, ha conseguido la victoria en el Gran Premio de China, disputado este domingo en el Circuito de Shanghai, gracias a una gran exhibición del monoplaza italiano, que terminó por delante del finlandés Kimi Raikkonen (Lotus) y del británico Lewis Hamilton (Mercedes), mientras que el alemán Sebastian Vettel (Red Bull) terminó cuarto.
El Ferrari empieza a carburar. Tras el tropiezo del Gran Premio de Malasia, Alonso tenía ganas de resarcirse y lo ha hecho a lo grande, subiéndose a lo alto del podio después de 12 carreras para igualar el número de victorias de Nigel Mansel, 31. El español no conseguía un triunfo desde el Gran Premio de Alemania de la temporada pasada, prueba desde la cual se notaba la gran diferencia entre el Red Bull y el monoplaza italiano. Hasta este domingo, que cambiaron las tornas.
El asturiano partía desde la tercera plaza en parrilla y ya en las primeras vueltas demostraba que tenía ganas de hacerse con el triunfo y que su Ferrari se encontraba al máximo nivel. Antes de la primera parada, el español ya había conseguido superar a Lewis Hamilton (Mercedes), que partía con la 'pole'.
Los de Ferrari se colocaban en las primeras posiciones pero las estrategias de los Red Bull y del McLaren de Jenson Button complicaron la situación a la escudería italiana, aunque ninguno fue capaz de seguir el ritmo de Alonso, que caminaba con paso firme hacia su primera victoria del año.
Los neumáticos blandos con los que habían salido prácticamente todos los pilotos no aguantaron mucho y el 'pit lane' se colapsó a partir de la quinta vuelta. Para entonces, Alonso ya había conseguido la primera posición y entraba en la vuelta siguiente a Hamilton, para defender su puesto.
Las miradas estaban puestas un poco más atrás. Vettel partía desde la novena plaza y ya se había colocado séptimo en los primeros giros, mientras que Webber, sancionado, salía desde el 'pit lane' y había decidido salir con los neumáticos blandos para hacer sólo una vuelta y aún no se encontraba demasiado retrasado.
En las paradas, Raikkonen y Hamilton habían conseguido pasar al brasileño Felipe Massa (Ferrari) e intentaban seguir el ritmo que marcaba Alonso. El asturiano no esperaba a que el resto de pilotos empezara a pasar por 'boxes' y realizaba un adelantamiento tras otro. Sin demasiados problemas, el Ferrari le ganaba la posición a Paul di Resta (Force India) para colocarse quinto.
PODERÍO EN FERRARI, MALA SUERTE EN RED BULL.
Delante, Nico Hulkenberg (Sauber) y Vettel comandaban la prueba, pero sólo de forma momentánea, hasta que realizaran su parada. Fue el momento que aprovechó Alonso para volver a situarse al frente de la carrera mientras que Mark Webber (Red Bull) protagonizaba la anécdota del día. El australiano chocaba con Jean-Eric Vergne (Toro Rosso) y tenía que pasar por 'boxes', donde no le apretaban lo suficiente una rueda que perdía en la vuelta siguiente, poniendo fin a su carrera.
Vettel seguía con su particular progresión y conseguía colocarse quinto. Mientras, Alonso mantenía su fuerte ritmo al frente de la prueba hasta un nuevo paso por 'boxes' que puso, momentáneamente, a Vettel al frente. El alemán tenía que entrar de nuevo en el 'pit lane' porque aún no había usado los neumáticos blandos, pero estaba retrasando lo máximo posible su entrada. Sin embargo, no fue obstáculo para el Ferrari, que lo pasaba como un auténtico avión, para acabar haciéndose con la primera victoria del año.
El germano sabía que el ritmo del español era imposible de seguir y tampoco puso demasiados impedimentos al adelantamiento, centrándose en Raikkonen y Hamilton, que venían por detrás. Era complicado que se consiguiera subir al podio, pero el alemán guardaba en la manga la carta de los neumáticos blandos. A falta de cuatro giros, el Red Bull pasó por 'boxes' y empezó a reducir la distancia con respecto a Hamilton en tres segundos por vuelta, quedándose al final a las puertas del podio.