El Ayuntamiento de Víznar (Granada) está a la espera de firmar un convenio con la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía para hacerse cargo formalmente del mantenimiento y la conservación de los restos de Villa Concha, o La Colonia, el edificio donde se cree que Federico García Lorca pasó sus últimas horas antes de ser fusilado en la madrugada del 17 al 18 de agosto de 1936.
Según ha informado a Europa Press el alcalde del municipio, Luis Antonio Pérez Sánchez (IU), el Ayuntamiento ya ha asumido de facto las tareas de conservación en el enclave propiedad de la Junta de Andalucía, situado bajo el camino que lleva a Alfacar, entre unos frondosos árboles, y que incluye los restos de un molino.
Villa Concha, que fue rebautizada como La Colonia por servir como lugar de vacaciones para los niños, fue reconvertida durante la Guerra Civil en cárcel provisional por la Falange, que hizo de Víznar su fuerte militar a finales de julio de 1936. En el lugar apenas quedan huellas de aquel pasado y casi nada recuerda allí al paso efímero de García Lorca, salvo el extracto de uno de sus poemas de 'Poeta en Nueva York', 'Vuelta de paseo', junto a la acequia.
Por ello, el alcalde no descarta que en un futuro pueda instalarse en la zona algún cartel que recoja la historia de lo que allí pasó. "Los restos del antiguo molino ni se veían, allí se hizo una tarea de limpieza enorme. Ahora es verdad que allí no hay apenas nada, salvo el poema de Lorca, y no estaría mal poner allí un cartel explicativo", señala el primer edil.
Las lluvias caídas durante semanas anteriores han ocasionado daños en otro de los lugares de la memoria que se encuentran en Víznar, el Barranco o los Pozos, donde el agua se acumula justo donde los familiares de los fusilados en aquel lugar durante la Guerra construyeron una cruz a la que llevan flores y cartas, encabezada por un monolito que desde el 18 de agosto de 2002 recuerda que 'Lorca eran todos'.
Según el alcalde, los familiares de las víctimas y los vecinos ya están habituados a que el barranco se inunde cuando llueve, aunque el Ayuntamiento baraja en un futuro cercano acometer alguna actuación que evite la acumulación de balsas de agua, que cubren lo que muchos allegados de los fusilados consideran una tumba.
De hecho, Víznar ha recibido recientemente de la Junta de Andalucía una subvención de 40.000 euros para la localización y delimitación de las fosas comunes en ese lugar, y no descarta aprovechar esa ayuda para mejorar el lugar.
