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En duda la presencia de Morante de la Puebla en la Goyesca tras su grave cogida en Huesca

El diestro José Antonio Morante de la Puebla resultó corneado en el muslo izquierdo por su primer toro, segundo del festejo que se celebraba en la plaza de toros de Huesca. Durante la larga intervención, de alrededor de tres horas, el diestro ha sido sedado con «anestesia local inhaladora» para pro

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  • Cogida de Morante. -

El torero de La Puebla del Río fue herido en las postrimerías de la faena de muleta, cuando se encontraba toreando al natural, momento en el que el animal pegó un derrote cazándole de lleno en la cara interna del muslo izquierdo, manteniéndole y zarandeándole varios segundos en el aire con el pitón dentro.

Rápidamente fue trasladado por miembros de su cuadrilla a la enfermería de la plaza, donde fue operado de inmediato, mientras que Enrique Ponce, director de lidia, dio muerte al toro, de la ganadería de Gerardo Ortega, del que acabó cortando una oreja.

En el festejo de ayer en Huesca, primero de su feria de San Lorenzo, actuaban mano a mano Morante de la Puebla y Enrique Ponce, que tras el percance del compañero se quedó finalmente como único espada.

Según informó a Efe el empresario del coso, Tomás Entero, se trató de una cornada “extensa pero limpia que no reviste tanta gravedad como se esperaba en un primer momento”.

La intervención, que se prolongó durante más de dos horas, hubo de ser “muy laboriosa” por los importantes destrozos musculares que causó la cornada, que rodeaba el fémur, y por “la cantidad de pequeños vasitos que ha roto”, aunque sin afectar “a ninguna vena ni arteria importante”, añadió Entero.

“En estos momentos es toda la información que sabemos”, adelantó el empresario. “El equipo médico que dirige el doctor David Vacas está a punto de terminar la operación; pero, al menos, y después del susto que nos hemos llevado podemos decir que la situación está controlada”.

No es ni mucho menos la primera vez que Morante sufre una cogida de cierta seriedad. Así, en 2007, cuando se encerró en solitario con seis toros en la madrileña plaza de Las Ventas, el quinto astado se le metió bajo el vuelo de la muleta y le puso el pitón izquierdo en el vientre, pero sin hacer presa. Al perder pie hacia atrás Morante, el toro se lo echó a los lomos, lo volteó y pisoteó. Pero le perdonó la vida. Llegaron las cuadrillas cuando el toro tenía entre las manos a Morante. A la enfermería: puntazo corrido en la espina iliaca, una herida en la ceja como balance.

En 2009, en El Puerto de Santa María, el torero sevillano fue prendido a la altura de la pantorrilla derecha por un sobrero de Mari Carmen Camacho que le ocasionó una cornada de dos trayectorias calificada de grave por los facultativos. A buen seguro que el diestro no olvidó aquel trance, que le obligó a cancelar no pocos compromisos esa temporada.

Dos años después, en la plaza de Almería, Morante fue enganchado por el astado en el muslo derecho en el segundo muletazo de tanteo junto a las tablas. Aunque no llevaba cornada, sí recibió un fuerte golpe en la mandíbula que lo dejó inconsciente, aunque pudo volver al albero para afrontar el resto de la tarde.

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