El acusado de maltratar y agredir sexualmente a su compañera sentimental ha negado este miércoles ante el tribunal de la Sección Tercera haber cometido los hechos que se le imputan y por los que enfrenta penas que suman casi 22 años de prisión pero sí ha reconocido que, en al menos una ocasión, la golpeó y empleó contra ella un palo de aluminio.
J.M.M., quien tiene un condena en firme por atacar a otra mujer con la que mantuvo una relación, ha rechazado que violase a la víctima empleando para intimidarla una navaja tipo mariposa o que, dentro de la dinámica habitual de maltrato que le atribuyen las acusaciones, la dejase encerrada en casa, "echando todas las llaves si se ausentaba".
Tras la práctica de las testificales, las periciales y la documental en la vista oral, que ha quedado vista para sentencia, el Ministerio Público ha elevado a definitivas sus conclusiones aunque ha puntualizado partes del escrito, retirando la circunstancia agravante de reincidencia en algunos de los delitos imputados, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.
No obstante, esta matización no ha modificado las penas interesadas, que se concretan en diez años de cárcel por un delito de agresión sexual, a los que hay que sumar ocho años y seis meses por dos delitos de lesiones, y dos años y seis meses de cárcel por un delito de malos tratos habituales. Por un delito de amenazas solicita diez meses de prisión.
Por su parte, el letrado de la acusación particular se ha adherido a la calificación del Ministerio Público, que pide, asimismo, que no pueda aproximarse a la víctima a menos de 200 metros y que la indemnice con 41.050 euros por los daños físicos y morales que le causó, y ha elevado a definitivas sus conclusiones ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería.
Según recoge el escrito de acusación fiscal, el procesado inició la relación en 2012 con la víctima sometiéndola primero a "humillaciones y menosprecios continuos" y luego a insultos, "casi siempre provocados por los celos que sufría".
Conforme avanzaba la convivencia, que se prolongó por seis meses, J.M.M. intensificó el maltrato hacía su compañera y comenzó a dejar a su pareja encerrada en casa "echando todas las llaves si se ausentaba" y a agredirla "en alguna ocasión".
El Ministerio Público detalla entonces dos episodios de especial violencia. En el primero, según indica, el acusado comenzó "una discusión furioso a causa de los celos" y en el transcurso de esta, golpeó a la víctima con las manos y "con un palo de aluminio, que le impactó en la cara y en la cabeza". Ella sufrió numerosos hematomas, varios cortes en el rostro y fractura con desplazamiento del brazo derecho, por lo que precisó intervención quirúrgica.
Un mes después, según se desgrana en el escrito, J.M.M. inició un nuevo ataque a golpes, patadas y puñetazos contra su pareja, a la que volvió a golpear con un palo de aluminio mientras la "agarraba de los pelos y la insultaba". A continuación, cogió una navaja "tipo mariposa" que guardaba en la vitrina del salón del domicilio, se la puso en el cuello y la violó de manera brutal mientras que le decía que si "contaba algo, la mataría".
La víctima tardó en curar de las heridas que le ocasionó durante esta agresión, en la que le fracturó la mano, 90 días, de los que 45 estuvo incapacitada para sus ocupaciones habituales. La mujer sufre, además, limitación funcional en la mano quebrada y le han quedado como secuela numerosas cicatrices "que le causan un perjuicio estético moderado en grado medio".