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Un sector de la Reserva Federal cree que EEUU se quedará al borde del impago

"No creo que lleguemos a la omisión de pagos, pero vamos a quedarnos al borde. Es una vergüenza para mi país", ha dicho en el foro de la Universidad Metodista del Sur, con sede en el estado de Texas

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El presidente de la Reserva Federal de Dallas, Richard Fisher, ha advertido este lunes de que el cierre del Gobierno de Estados Unidos, que entró en vigor el pasado 1 de octubre, dejará al país norteamericano "al borde" del impago.

   "No creo que lleguemos a la omisión de pagos, pero vamos a quedarnos al borde. Es una vergüenza para mi país", ha dicho en el foro de la Universidad Metodista del Sur, con sede en el estado de Texas, que se ha celebrado hoy.

   Fisher ha defendido que la Reserva Federal ha hecho todo lo necesario para impulsar el crecimiento económico y ha aclarado que, si no ha dado resultado, es por la falta de claridad de Washington en la elaboración de las políticas fiscales y de gasto público.

   "Tenemos a los tres chiflados en Washington", ha apuntado en alusión al presidente estadounidense, Barack Obama, y a las bancadas republicana y demócrata en el Congreso, en un juego de palabras con el célebre programa de televisión.

   Interrogado sobre cuándo cesará la Reserva Federal de inyectar dólares a la economía estadounidense, ha contestado: "Todavía no tenemos pruebas de que nuestra economía este mejorando", dejando entrever que seguirá actuando de la misma forma.

CIERRE DE GOBIERNO

   Estaba previsto que este 1 de octubre el Tesoro de Estados Unidos superara irremediablemente el límite de endeudamiento público, fijado en 16,7 billones de dólares, cayendo así en una nueva crisis de liquidez que podía llevar al cierre de la administración pública.

   Para evitarlo era necesario que republicanos y demócratas se pusieran de acuerdo en el Congreso para ampliar el límite de endeudamiento público hasta los 988.000 millones de dólares, garantizando así el funcionamiento del Gobierno hasta la elaboración de los nuevos presupuestos generales.

   La oposición republicana había elaborado un plan según el cual se comprometía a apoyar una ampliación del límite de endeudamiento público a cambio de nuevos recortes en el gasto público, centrados en la reforma sanitaria del Gobierno, a la que se conoce popularmente como 'Obamacare'.

   Con el objetivo de imponer su plan, la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, aprobó dos veces un proyecto de ley para aplazar un año la aplicación de la reforma sanitaria a cambio de entregar más fondos al Gobierno, pero el Senado, de mayoría demócrata, lo rechazó.

   En un último intento conciliador, la Cámara de Representantes propuso celebrar una "conferencia legislativa" para crear una comisión bicameral en la que resolver este asunto, pero el Senado se negó. "No iremos con una pistola apuntando a nuestras cabezas", dijo su presidente, Harry Reid.

   Este lunes, Obama ha instado al Congreso a celebrar cuanto antes una votación para reabrir el Gobierno y aumentar el límite de endeudamiento público porque tiene una "fuerte sospecha" de que ya hay "suficientes votos" para sacarlo adelante.

EL PRIMERO DESDE 1995

   Se trata del 18º cierre de la administración pública estadounidense desde 1976. El último precedente se remonta a la Presidencia de Bill Clinton. Entonces, el bloqueo presupuestario se prolongó entre el 5 de diciembre de 1995 y el 6 de enero de 1996.

   Aunque, de momento, se desconoce la dimensión de las consecuencias del cierre del Gobierno, ha dejado en sus casas a 800.000 de los dos millones de funcionarios y la Casa Blanca calcula que costará unos 10.000 millones de dólares semanales a la economía estadounidense.

   Desde el Gobierno han garantizado que no afectará a los servicios públicos esenciales. Obama ya ha firmado un proyecto de ley para garantizar los pagos a los miembros de las Fuerzas Armadas y, con ello, la seguridad del país.

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