La Alianza Nacional en Apoyo a la Legitimidad, coalición liderada por la organización islamista egipcia Hermanos Musulmanes, ha alabado este lunes la "perseverancia" mostrada por el expresidente Mohamed Mursi, derrocado el 3 de julio tras un golpe de Estado, durante la primera jornada de su juicio, en la que ha reiterado que es el único jefe de Estado "legítimo" y ha reclamado "el fin del régimen militar".
Así, la formación ha destacado la postura adoptada por el exmandatario "frente al golpe militar asesino y ante los jueces golpistas, ante los que ha mostrado su compromiso con la legitimidad constitucional y su respeto de la voluntad popular".
"El rechazo de Mursi de este juicio falso, así como el gesto que ha hecho en apoyo a las manifestaciones en Rabaa al Adaweya --foco de las protestas celebradas para reclamar su retorno al poder--, redoblan su popularidad", ha dicho a través de un comunicado. "Se ha convertido en un símbolo universal de la libertad y la resistencia, así como en un icono de la democracia", ha valorado.
Por otra parte, la alianza ha expresado su agradecimiento a la "diligencia y determinación" mostrada por "millones de personas" que han salido este lunes a la calle para protestar contra el juicio, que finalmente ha sido aplazado hasta el 8 de enero para permitir a la acusación y a la defensa examinar los documentos presentados por las dos partes.
"El signo realizado por Mursi en apoyo a Rabaa traslada el mensaje al pueblo para que continúe defendiendo la legitimidad constitucional y rechace el traicionero golpe militar a través de la oposición no violenta a la represión y la tiranía hasta que el golpe sea vencido completamente", ha agregado.
Por último, ha reiterado que el juicio es "ilegítimo y nulo" y ha criticado que las autoridades no permitieran la entrada a la sala del equipo de la defensa, así como a periodistas "independientes" y líderes del Partido Libertad y Justicia (PLJ), vinculado a Hermanos Musulmanes.
Respecto al aplazamiento del juicio, la coalición islamista ha dicho que se debe "el miedo de los golpistas a que la población se echara a las calles masivamente para rechazar el juicio". Por ello, ha convocado una nueva jornada de manifestaciones este martes para reclamar la liberación de Mursi.
LA MATANZA DE DICIEMBRE DE 2012
Mursi y otros catorce dirigentes del PLJ han sido acusados de incitación al homicidio y a la violencia durante los enfrentamientos frente al Palacio Presidencial de Ittihadiya de diciembre de 2012.
Al menos diez personas murieron en aquellos enfrentamientos, que estallaron después de que varios partidarios de Mursi atacasen una sentada de protesta contra el decreto presidencial que ampliaba los poderes del entonces mandatario.
Al respecto, los familiares de los miembros de Hermanos Musulmanes muertos en aquellos incidentes han reclamado este lunes que se procese a los "verdaderos perpetradores" de la matanza, concretamente al exministro del Interior, Ahmed Gamal Eddin, a Hamdeen Sabbahi y Amr Mussa, dos miembros del entonces movimiento opositor Frente de Salvación Nacional (FSN), y al magnate de la prensa Wael el Ebrashy.
Los familiares, citados por el diario estatal 'Al Ahram', han asegurado que los islamistas se vieron obligados a proteger el Palacio Presidencial y han acusado, por ello, de la violencia y de las muertes al FSN.
EL GOLPE DE ESTADO
El golpe de Estado fue perpetrado tras la reiterada negativa de Mursi a presentar su dimisión en el marco de manifestaciones multitudinarias contra su mandato, alegando que se trataba de un mandatario electo y de la existencia de manifestaciones también en su favor, si bien estas fueron de menor calado.
Por su parte, el Ejército asegura que su actuación respondió a la voluntad de la población, que había tomado las calles para protestar contra el mandato de Mursi.
Hermanos Musulmanes se ha negado en múltiples ocasiones a reconocer la legitimidad de las autoridades surgidas tras el derrocamiento del expresidente, miembro de la organización islamista, y ha sostenido que el nuevo gobierno es de tinte golpista.
Asimismo, ha denunciado la existencia de una campaña de persecución contra la formación con el arresto de decenas de sus miembros, entre ellos los integrantes de su cúpula, y la represión de las manifestaciones celebradas tras el derrocamiento de Mursi, que se han saldado con más de un millar de muertos a causa de la actuación de las fuerzas de seguridad.