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Campo de Gibraltar

Se cumplen dos años de la colisión entre el \'Milenium II\' y el \'New Glory\'

Las diligencias previas por el suceso continúan a día de hoy

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El 13 de enero de 2012 un buque mercante y un barco de pasajeros colisionaban en aguas del Estrecho de Gibraltar con un saldo de seis heridos. Pudo ser una tragedia pero, afortunadamente, se quedó en un tremendo susto que hoy, dos años después, todavía no tiene culpables.

Que el Estrecho de Gibraltar es una de las autopistas marítimas más transitadas del mundo queda reflejado en la estadística del cruce de más de 100.000 barcos al año. Esta alta densidad de tráfico ocasionó a las 19.59 horas del 13 de enero de hace dos años una de las colisiones que más portadas e informaciones ha generado en la ciudad.

Y lo hizo por la implicación de un ferry de pasajeros, en este caso el "Milenium II" de la compañía naviera Acciona Trasmediterránea, en el que viajaban 185 personas, entre ellas once bebés.

A cinco millas al norte de Ceuta el buque, que había zarpado desde Algeciras (Cádiz), colisionó contra el mercante "New Glory" -con bandera de Islas Marshall y tripulación de Filipinas-, cuya proa quedó incrustada en un lateral del barco de pasajeros, provocando un importante agujero en la zona de bodegas del navío.

El impacto sólo causó seis heridos, uno de los cuales tuvo que ser evacuado en helicóptero al sufrir la rotura de una pierna al caer por unas escaleras. Sin duda, un daño menor teniendo en cuenta el número de viajeros.

El ferry de pasajeros no pudo atracar en Ceuta hasta las 03.50 horas de esa madrugada, después de una ardua operación para separar a ambos barcos. En el puerto ceutí se vivieron momentos de angustia entre los familiares, deseosos de ver sanos y salvos a sus seres queridos.

Desde entonces se ha entrado en una batalla judicial que todavía no tiene culpables. Fuentes judiciales han explicado a Efe que el Juzgado de Instrucción número 6 de Ceuta es el encargado de determinar la responsabilidad de la colisión.

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM) del Ministerio de Fomento reflejó en un informe que la falta de vigilancia eficaz y un exceso de confianza pudieron ser los detonantes del impacto.

En estos últimos meses las declaraciones de los capitanes de los dos barcos y de hasta un ingeniero naval sólo han servido para coincidir que la visibilidad era buena aunque el resto de las incógnitas no se han despejado.

El capitán del buque de Acciona, que es el único inculpado por un presunto delito o falta de lesiones por imprudencia, alude a la contaminación lumínica en la zona y los ángulos muertos para explicar el choque mientras que el capitán del New Glory culpó al ferry por no seguir la norma del reglamento marítimo.

Por este motivo, la naviera del mercante reclama una indemnización de unos 600.000 euros por los daños producidos al buque en un suceso que volvía a poner énfasis sobre los riesgos que supone la alta densidad de tráfico marítimo en esta zona.

En cualquier caso, todavía siguen las diligencias previas de una colisión que hoy, dos años después, sigue siendo recordada sobre todo por los protagonistas del susto vivido en el Estrecho.

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