La Real Sociedad dio un paso atrás en sus intenciones de acercarse a los puestos de Liga de Campeones y dejó escapar una victoria en el estadio del Getafe (2-2), donde llegó a disfrutar de un par de goles de ventaja de Imanol Agirretxe que fueron anulados por el orgullo y el empuje del cuadro madrileño.
Ambos equipos necesitaban sumar puntos para acabar con sus malas sensaciones en el torneo. El cuadro madrileño acumulaba cuatro derrotas consecutivas, cinco contando con la Copa del Rey y atisbaba en el horizonte una crisis de resultados importante. Enfrente, los hombres de Jagoba Arrasate, mucho mejor situados en la tabla, querían ganar para acercarse a la Ligas de Campeones y olvidar su derrota de la pasada jornada ante el Villarreal.
Ya mostró síntomas de mejoría esta semana en Copa del Rey con una victoria en el estadio de El Madrigal con la que se selló su pase para los cuartos de final del torneo. En el Coliseum alargó ese buen momento con una primera media hora brillante que puso contra las cuerdas al Getafe.
Entre Carlos Vela e Imanol Agirretxe dejaron sin argumentos a un equipo que parecía muerto. El segundo inauguró el marcador con un cabezazo en el minuto cuatro que no pudo repeler Miguel Ángel Moyá. Fue el primer palo de la Real Sociedad, que no tardó en dar el segundo para desesperación de la parroquia local, que empezó a silbar a sus jugadores temiendo una derrota casi segura.
Fue de nuevo Agirretxe, de nuevo de cabeza, el que hizo el segundo que parecía casi definitivo por la actitud del conjunto madrileño, incapaz de enhebrar jugadas de peligro con las que poner a prueba a Claudio Bravo. Esta vez, el verdadero culpable fue Vela. El mexicano dejó sin cintura a Sergio Escudero para poner desde la banda derecha un centro medido a su compañero. Sólo tuvo que apuntar bien para amargar la existencia a Moyá, incapaz de hacer nada para responder a otro certero testarazo.
Todo parecía definitivo, pero inesperadamente, cuando nadie lo esperaba, el Getafe sacó esa casta de la que muchas veces ha carecido a lo largo del curso. Entre el minuto 30 y el 45 asedió la portería vasca buscando un milagro que completó a medias con un tanto de Ciprian Marica. El rumano hizo su segundo gol de la temporada tras recoger un remate defectuoso de Sergio Escudero.
Fue el premio a quince minutos excelentes, en los que la Real perdió sus argumentos por culpa del empuje del conjunto madrileño. El Getafe incluso pudo empatar antes del descanso, pero ocasiones claras de Pedro León y Sarabia se fueron al limbo.
En la reanudación la Real siguió consumida por el orgullo del Getafe, que siguió con la idea de remontar el partido a base de corazón. Las ocasiones no dejaron de sucederse desde que los jugadores salieron del vestuario y fue Pedro León quien acertó con el empate tras rematar de volea un centro de Diego Castro.
Fue un premio merecido para un equipo que parecía condenado a sumar otra derrota pero que no quiso morir en la orilla. Y ahí no paró. Quería más, una victoria que convirtiese los pitidos del principio en ovaciones. Y continuó con su asedio hasta que Borja fue expulsado tras recibir su segunda tarjeta en el minuto 61.
Entonces, volvieron a cambiarse las tornas y la Real se fue a por los tres puntos. No podía dejar escapar la oportunidad de derrotar a un rival que sufrió un golpe moral importante con esa expulsión. Sin embargo, el Getafe se defendió como gato panza arriba y consiguió un empate que casi sabe a victoria. Por lo menos, salieron reforzado ante un equipo que olía a Liga de Campeones pero que podría finalizar la jornada más lejos de la competición europea.