Cuando hace 19 años esta antigua explotación minera de hierro se abrió al público como zoológico, Cabárceno marcó una nueva filosofía sobre lo que debía ser un recinto para animales: un espacio en el que las distintas especies fueran protagonistas de su entorno y no los visitantes, como ocurría hasta entonces.
Y esta decisión ha hecho que este espacio haya acogido el nacimiento de 13 elefantes africanos, cuando hasta los años noventa en Europa sólo habían nacido en cautividad doce crías de este animal, además de que se han reproducido en el parque la mayoría de las 112 especies (900 animales) con las que ahora cuenta.
Dos de los artífices de este éxito, el director del parque, Miguel Oti, y el jefe de veterinarios, Santiago Borragán, reconocen, en una entrevista con Efe, que este espacio es “difícilmente repetible”, porque será complicado que otro lugar disponga de 750 hectáreas para hacer un zoológico y, además, con las condiciones paisajísticas de Cabárceno, un entorno que entremezcla praderas, montañas, colinas, rocas y lagos.
En el caso de los elefantes africanos, en cuya reproducción Cabárceno es un ejemplo mundial, el parque ha conseguido crear unas condiciones para esta especie iguales a las que tienen en África. Viven en manada (de doce miembros en la actualidad), con su macho y hembra dominantes, y disponen de 25 hectáreas de praderas, árboles, rocas y un gran lago.
Las investigaciones para reproducir en cautividad la especie, que utilizan zoológicos de todo el mundo, se están llevando a cabo en colaboración con la Universidad y el Deutsches Primatenzentrum de la ciudad alemana de Göttingen y han permitido, mediante técnicas no invasivas, conocer cuándo tienen el celo las elefantas, por qué en este periodo les cambia el carácter o saber si son fértiles.
Esto ha supuesto, según explica Borragán, que, incluso, se haya aumentado la seguridad de los cuidadores de estos animales.
Pero el trabajo reproductivo no se queda sólo en los elefantes, ya que Cabárceno es conocido por sus investigaciones sobre la cría en cautividad de felinos y de osos.
De hecho, el parque trabaja en el control del celo de las hembras de los grandes felinos que habitan en este espacio (tigres, leones o jaguares) y ahora aplica un “antibaby” en leones macho, para eliminar sus espermatozoides y que no fecunden, con el objetivo de controlar la reproducción.
La misma facilidad de reproducción que tienen los leones la tienen los osos, y, por ello, para el parque no es un problema el nacimiento de estos animales, de los que cada año hay de 4 a 5 más.
Lo que sí es un problema, no para Cabárceno sino para la Cordillera Cantábrica, es la consanguinidad de esta especie en esta zona, y por ello el parque trabaja con los animales que habitan en sus 35 hectáreas para intentar buscar una solución a la reproducción natural del oso pardo cantábrico.
Elefantes africanos, osos, tigres (entre ellos siberianos), leones, jaguares, pero también antílopes africanos, antílopes blancos, hipopótamos, serpientes, gamos, ciervos, muflones y un largo etcétera de animales, componen la plantilla de los reproducidos en cautividad en Cabárceno.