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El Puerto

Pipa y Rubén Darío dan la primera alegría a los recreativistas

Los recreativistas suman, al fin, la primera victoria como local.

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Un gol al principio y otro casi con el tiempo casi terminado dieron la victoria -la primera como local- al Recre Portuense, segundo triunfo consecutivo para los rojiblancos que se reencontraron con su mejor cara ante el Pueblo Nuevo. Seis puntos de seis posibles que dan la tranquilidad necesaria a los de Carlos Camacho.

Primera victoria ante los suyos que se asientan y calman los desánimos iniciales. Pronto se pondrían las cosas de cara cuando un balón en el 3’ serviría para poner en franquicia a los portuenses. Golazo. Balón que entró como una exhalación y que tomó un dibujo imponente y precioso.

La volea se coló por la escuadra izquierda en la que acompañó la mirada del cancerbero visitante, mientras los rojiblancos celebraban a lo grande el gol. Golazo con todas las letras. La celebración estuvo a la altura del tanto. Se mascaba los nuevos bríos y las mejores sensaciones. Eso era el minuto 3. Todavía un mundo por delante, todo un partido.

El Recre empezó a sobar –a veces demasiado- el esférico. Dueño y señor del encuentro. Venciendo y convenciendo. El Pueblo Nuevo, mientras pudo, a base de faltas, rompía el ritmo, o eso intentaba. La complicidad del colegiado exasperó por momentos a los recreativistas. Con el paso de los minutos, el ritmo ayudó al cuero la continuidad en la frescura inicial. 1-0 victoria parcial. Nada definitivo pero sin peligro en un hipotético empate.

El susto, el más claro y notorio, llegó por partida doble. Un balón perdido, los jerezanos tuvieron la lucidez de conducir la contra para finiquitarla con el lanzamiento desde fuera del área de Chico, encontrando en el travesaño y pasando de pies juntillas la línea de gol. En su despeje, y cuando el gol ya se cantaba, el delantero remató fuera, en la ocasión más clara para el 1-1. Aviso claro.

En la ventosa mañana se respiraba preocupación porque el Recre Portuense no remataba el partido. La suerte, tan importante como decisiva, quiso que ésta saliese y tomara el impulso para los rojiblancos. Resoplos generalizados e incredulidad. El 1-0 seguía mandando, pero el susto no hizo sino comprobar que el partido ni mucho menos estaba resuelto.

Había, aún, que luchar y buscar el segundo. Con la sensación de haber sufrido más de lo deseado, el Recre tiró de banquillo. La victoria debía ser de obligado cumplimiento. Tres puntos que solventara y maquillara los malos resultados anteriores. Sin Carlos Terry, que causará baja de forma indefinida por asuntos laborales, dejó patente el liderazgo de Gorri en la retaguardia.

Dueño y señor y como guardián, sirvió de perfecto enlace de Carlos Camacho dentro del terreno de juego. Idas y venidas que no cerraron el partido, escasas diferencias y con un gol como única distancia, el Recre, con ahínco y por entrega, lo seguiría buscando.

El gol, la sentencia, llegó en el 89’. Justo. La constancia desniveló un marcador que decayó del lado del que apostó. 2-0 y tres puntos más, que dejan atrás los titubeos y las malas tardes.

La próxima jornada, ante el Algeciras ‘B’, servirá para calibrar las fuerzas de un conjunto que tiene, necesita, hallar la regularidad para ser el equipo que demuestra ser cuando combina sus fuerzas y sus necesidades de la forma más ordenada y menos anárquica.

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