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La contratación de otra empresa crispa a los trabajadores de Ticsa

Ayer, los sindicalistas llamaron a Inspección de Trabajo al observar actividad de mantenimiento

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La huelga de los más de 130 trabajadores de mantenimiento de Ticsa, que se había desarrollado en sus primeros días con relativa tranquilidad, registró ayer la jornada más conflictiva desde que se llevó a cabo la convocatoria. La razón fue que hacia las 8.00 horas, el comité de empresa tuvo conocimiento de que otra empresa, Montur S.L., con sede en Los Barrios, estaba realizando labores de mantenimiento en el interior, según informó ayer el portavoz sindical de UGT Francisco Moreno.

Los trabajadores en paro entraron en las instalaciones para exigir el cese de los trabajos, que se estaban llevando a cabo, al parecer, para reparar unas tuberías de ácido. Los representantes de Ticsa llegaron a amenazar con desconectar los cables si no se paraba la actividad, tras lo cual iniciaron conversaciones con representantes de la empresa principal, Acerinox. Dado que la intención de la empresa era que las reparaciones siguieran adelante, los sindicalistas hicieron venir a una inspectora de trabajo, que se personó en el lugar hacia las 9.30 horas, decretando, siempre según la versión sindical, la paralización cautelar de los trabajos.

En este intervalo, la Inspección solicitó los datos de la empresa y los trabajadores supuestamente contratados por Acerinox, y se recabó información sobre la actividad que estaban realizando con vistas a realizar un informe que podría desembocar, caso de incurrir en algo ilícito, en una sanción contra la empresa mayor, ya que aún cuentan con contrato en vigor con Ticsa.

Nóminas
Al margen del problema de la segunda contrata, los trabajadores ya habían comenzado la jornada muy enfadados a causa de la notable reducción de salario que se ha reflejado en sus nóminas a causa de los tres días de huelga que protagonizaron en marzo. En general, las sumas oscilan entre los 260 y los 300 euros.

Hay que recordar que uno de los puntos de negociación que se han hecho públicos desde el comité como necesarios para llegar a un acuerdo final sería la remuneración de estos días perdidos o, en su caso, la consideración de los mismos como periodo de vacaciones, en cuyo caso, obviamente, también se pagarían.

Hay que recordar que los 130 trabajadores de mantenimiento de Ticsa, así como un grupo de ocho a diez personas de instalaciones, están siguiendo la huelga desde que ésta se reanudó el pasado lunes tras concluir el plazo de parada del ERTE. Las razones que han llevado al paro se basan en el desacuerdo respecto a las condiciones del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) presentado por la compañía, y que comenzó a aplicarse el pasado mes de marzo.

Según los representantes de los trabajadores, la empresa garantizó el cobro del 100% del salario en los periodos en los que se trabaja, así como un 90% de los sueldos durante las paradas. La empresa, por su parte, mantiene que el 90% afecta a todo el mes. Los trabajadores están dispuestos a bajar las pretensiones hasta un 85%, siempre y cuando se mantenga el sueldo íntegro en periodo de trabajo y se recuperen los días de huelga.

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