Patrick Baumann, secretario general de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), que también ha participado en el Congreso, ha destacado además “la credibilidad dentro y fuera de la cancha” como el punto fuerte de España para acoger este Mundial, cuya sede se decidirá dentro de 45 días en Ginebra.
Lissavetzky ha asegurado, además, que España “ya ha demostrado que sabe organizar campeonatos de este tipo”.
“Queremos que España siga siendo referencia deportiva mundial, y quien mejor tarjeta presenta para ello es el baloncesto”, ha señalado Lissavetzky, que ha destacado “el tirón” con el que este deporte cuenta en la sociedad española.
Lissavetzky ha subrayado también “la importancia” de que el deporte “ahora dependa directamente del presidente Rodríguez Zapatero”, y ha añadido que, según su perspectiva, esto “demuestra el interés del Gobierno por concederle el mayor valor posible”.
El secretario de Estado ha señalado al baloncesto como una de las claves de la “hoja de ruta” mediante la cual el Consejo Superior de Deportes quiere impulsar la educación, la integración y la cohesión social a través del deporte, y se ha declarado muy satisfecho “con la capacidad de vanguardia del baloncesto” en temas como la igualdad de género.
Lissavetzky ha asegurado que hoy “existen más luces que sombras”, pero ha advertido de que “la lucha para eliminar el dopaje, el racismo y el fraude debe continuar” y se ha referido al patrocinio y la profesionalización como “las cuentas pendientes del deporte español”.