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Campo de Gibraltar

El censo anual detecta 27.000 aves menos en la migración otoñal del Estrecho de Gibraltar

Supone un diez por ciento menos que la media histórica y la cifra más baja en los últimos cuatro años

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El censo de la migración anual de aves a través del Estrecho de Gibraltar, que desde hace 15 años elabora la Fundación Migres, ha detectado este otoño una disminución de unos 27.000 ejemplares, lo que supone un diez por ciento menos que la media histórica y la cifra más baja en los últimos cuatro años.

El coordinador de este programa, el ornitólogo Alejandro Onrubia, ha destacado a la Agencia Efe que esta reducción se suma a otros indicadores que en los últimos años relevan "cambios poblacionales y de los patrones migratorios" de las aves que apuntarían a la existencia de cambios globales en la naturaleza.

Cientos de miles de aves procedentes de Europa cruzan cada otoño el Estrecho de Gibraltar para invernar en África y regresan la primavera siguiente para dirigirse a sus territorios de cría europeos, en dos de las mayores migraciones ornitológicas del planeta que la Fundación Migres analizan desde hace quince años.

Este otoño se han censado en el Estrecho unas 247.000 aves planeadoras, 27.000 menos que la media histórica y una caída que supone una de las mayores alteraciones de esta migración de los últimos lustros.

El censo final de la Fundación Migres ha sido de 66.764 ejemplares de cigüeña común; 79.324 de milano negro; 43.625 de halcón abejero; 29.999 de aguililla calzada; 15.801 de águila culebrera; 3.199 de cigüeña negra y 1.741 de alimoche común.

Esta reducción de la migración otoñal se ha basado en la drástica caída del número de milanos negros, especie migradora más abundante del Estrecho, cuyo censo ha bajado este año en unas veinte mil aves.

Onrubia ha relacionado esta caída con dos hechos coyunturales: las malas condiciones meteorológicas para la reproducción de las aves en el centro y norte de Europa en las dos últimas primaveras, con abundantes lluvias y amplias zonas inundadas, y la epidemia de topillos del centro de España que proporciona abundante alimentación a estas rapaces y las retrae a invernar en África.

La caída de milanos censados en Gibraltar se suma al descenso confirmado desde hace años de otras aves, como la cigüeña común, el ganso, palomas, grullas y golondrinas, o el llamativo caso del busardo ratonero, del que los técnicos de la Fundación Migres apenas censan ahora unas decenas de ejemplares, frente a los entre setecientos y mil ejemplares que los ornitólogos Francisco Bernis y Manolo Fernández censaban en los años setenta del pasado siglo.

Este otoño también se han confirmado cambios de carácter estructural, como el aumento del avistamiento de aves africanas en la orilla norte del Estrecho, como el buitre moteado, el ratonero moro o el halcón borní, y la presencia récord en Gibraltar de especies que migran a Africa por la ruta oriental del Estrecho de los Dardanelos, como el águila pomerana o el aguilucho papialbo.

"Estos cambios se relacionarían con anomalías de temperatura en el Hemisferio Norte: el norte de Europa se está haciendo más mediterráneo climatológicamente y el Mediterráneo, más árido y africano, lo que está cambiando el comportamiento de muchas especies", ha explicado Onrubia.

También ha destacado que cada vez "son más y en mayor número de ejemplares" las especies de aves que no cruzan a Africa e invernan en Europa, un fenómeno de cuya importancia advierte Onrubia porque el "marcado carácter bioindicador" de las aves "nos revela con qué está pasando con la biodiversidad y con la naturaleza en general".

Otro cambio detectado por la Fundación Migres es el descenso del número de abejeros europeos avistados, que Onrubia asocia al impacto de los insecticidas en la población de abejas, avispas y abejorros, insectos que constituyen la dieta de esta rapaz.

Estas modificaciones en el comportamiento de las aves suponen valiosos indicadores sobre cambios globales de la naturaleza que podrían tener un importante impacto antropológico, por lo que este científico de la Fundación Migres ha recordado la importancia del estudio de las migraciones en general y la del Estrecho de Gibraltar en particular pues supone un "punto caliente" de la biodiversidad mundial donde confluyen dos continentes y dos mares.

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