El Papa ha pedido una Navidad "cristiana" de "esperanza y fraternidad" que esté libre de toda "mundanidad", al tiempo que ha recomendado tener una actitud de "plena disponibilidad de mente y corazón" porque a veces el Señor pasa y nadie se da cuenta.
Durante el rezo del Ángelus del cuarto y último domingo de Adviento, ha advertido del peligro de estar "sumidos en los pensamientos" de cada día porque el Señor "llama a la puerta" y no hay respuesta. "Si sientes las ganas de ser mejor, de ser más bueno es el Señor que llama. Si lo sientes, párate un momento y ponte a rezar o a confesarte", ha comentado.
Francisco ha reflexionado sobre María, Madre de Cristo, y sobre la figura "silenciosa" de San José. Según ha explicado, María ha hecho posible la encarnación del Hijo de Dios con un sí "humilde y valiente".
"María no sabe qué camino emprenderá o qué dolores sufrirá o los riesgos que conllevará, pero sabe que es el Señor que se lo pide y confía plenamente en él y se abandona a su amor", ha explicado el Papa.
En este sentido, ha afirmado que María dio una respuesta "generosa" y que esa actitud tiene que servir de ejemplo para todos. Por eso ha recalcado que aunque el misterio del nacimiento de Jesús en Belén sucedió más de dos mil años atrás, todavía "hoy" actúa como evento espiritual. "La celebración de la Navidad viene a llamar a la puerta al corazón de cada cristiano", ha comentado.
"Todos estamos llamados a responder, como María, con un sí personal y sincero, poniéndose a disposición de Dios y su misericordia", ha manifestado el Papa Francisco.
