Doce técnicos se enfrentan a tres años y medio de cárcel por una presunta "cadena de errores" que acabó con la muerte de una joven de 14 años y otros tres menores heridos en la atracción 'Péndulo' del parque del Tibidabo en el verano de 2010, en un juicio que está previsto que arranque este lunes en un juzgado de Barcelona.
La primera de las sesiones está fechada para este lunes a las 9.30 horas para resolver cuestiones previas y las declaraciones de los imputados está previsto que se celebren del 2 al 6 de febrero, reservándose el mes y principios de marzo para testigos, periciales y conclusiones, ha informado este viernes el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) en un comunicado.
La Fiscalía acusa en su calificación previa al juicio de un delitos de homicidio imprudente y de otros dos de lesiones imprudentes a Enrico F., Luciano B., José María G., Francisco Javier G., Carlos R., Antonio V., Francisco José C., José Antonio R., José María S., Jorge N., José María L. y Romualdo F.
Sostiene que los acusados, "incumpliendo las más elementales normas de precaución, permitieron que una atracción que generaba unas inmensas fuerzas dinámicas entrara en funcionamiento sin un estudio riguroso del sistema de anclaje de la atracción por parte de los profesionales encargados de su diseño y ejecución, con una deficiente ejecución del mismo y sin una revisión de tal sistema y ejecución por parte de la empresa certificadora".
De esta forma, la atracción comenzó a funcionar "con un sistema de anclaje en el que existían deficiencias alarmantes en la selección del material empleado (resistencia de acero) y una defectuosa colocación del mortero de ejecución", según el escrito de la Fiscalía recogido por Europa Press.
Esto provocó que comenzara a producirse de forma acelerada "la fatiga del material y que los pernos absorbieran todas las fuerzas dinámicas y trabajaran de manera desigual con una mayor carga sobre alguno de ellos, lo que desembocaba necesariamente en su rotura prematura".
LA ATRACCIÓN CEDIÓ
La atracción, construida por la empresa italiana Fabri Group, permitía una caída libre de los pasajeros desde una altura de unos 38 metros llegando a alcanzar los 100 km/h en 2,8 segundos, y la estructura estaba formada por una columna central fija y un brazo móvil con una cabina para cuatro pasajeros.
Así, el 17 de julio sobre las 19 horas, la atracción cedió y el fuste se desprendió completamente del suelo, cayendo toda la estructura al suelo, incluyendo la cabina en la que se encontraban los cuatro menores.