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Jerez

Una sucursal deberá devolver a una familia 138.000 euros de preferentes

El firmante, un padre de familia de 88 años, falleció en 2011 sin saber que había perdido sus ahorros en el que fue “su banco de toda la vida”

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 El Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Jerez ha dictado sentencia por la que estima  íntegramente la demanda presentada por una familia para la nulidad del contrato de compra de las preferentes y condena a Bankia a restituir a los actores la cantidad de 138.000 euros más el interés legal del dinero devengado desde la fecha de la orden de suscripción (26/05/09) más las costas del procedimiento.
Según informa el bufete Ortiz Abogados, se trata de un Policía Nacional jubilado, que tenía 88 años y “aún tenía las fuerzas suficientes como para bajar y tomar el sol en la plaza de Madre de Dios”. Lo hacía con sus amigos en uno de los bancos que se ubican frente a la sucursal que tiene en Madre de Dios la entidad crediticia Caja Madrid. Era el banco al que llevaba años confiándole sus ahorros, en total 138.000 euros. Un “mal día”, una trabajadora salió de la sucursal para ofrecerle “un producto que aquí tenemos para los clientes de toda la vida”. Se refería a las preferentes, productos de riesgo donde los haya, y que provocaron que Pedro se quedara sin ahorros.
Según relata su hija Petra, su padre tuvo la “suerte” de abandonar este mundo sin enterarse de que el dinero que había conseguido guardar con su trabajo como agente durante años se había esfumado. “Ahorró toda la vida como una hormiguita para 'tener' una vejez. Y fíjese en qué ha quedado todo esto". Murió el 5 de octubre de 2011. Su esposa, también Petra de nombre, no tuvo tanta suerte pues fue plenamente consciente de que se había quedado sin nada. Falleció justamente un año después. Casualidad o fatalidad del destino, la mujer expiró el mismo fatídico día: un 5 de octubre. Sobrevivió a su esposo doce meses justos.

Las condiciones en las que su padre fue captado para las referidas preferentes indigna a sus cuatro hijos. “Él no veía y apenas escuchaba nada. No nos explicamos cómo pudieron aprovecharse de él de esa manera.Cada vez que Petra recuerda cómo captaron a su padre los trabajadores del banco se indigna. “Estaba sentado con sus amigos y una empleada de Bankia, de confianza para la familia, le dijo: “Mira lo que tengo para ti”. Y es que resulta que tenía un plazo fijo que ya le cumplía. Fue entonces justamente cuando le hicieron la preferente por 138.000 euros. ¿Cómo es posible que se le recomiende y se le haga una inversión de este tipo, de carácter permanente, a una persona que ya tiene 88 años? Le dijeron que era algo especial para los mejores clientes y él se lo creyó”. 
Falleció Pedro y todo, salvo la ausencia, pareció marchar bien hasta que comenzaron a fallar los ingresos que dejó para su esposa. “Yo estaba más con mi madre -recuerda Petra- y además estaba con ella en la cartilla porque ya no podía acercarse ni al banco a cuenta de una fibrosis pulmonar. Un día fui a cobrar los intereses y me dicen que no me los pueden pagar”. Se trataba de unos 2.000 euros trimestrales. La familia, los cuatro hermanos, están a la espera de que Bankia se ponga en contacto con ellos. “No nos consultó a ninguno de los cuatro hijos, confió en ellos y perdió lo que tenía”, señalan indignados. Ni olvidan ni perdonan.

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