Desde finales de la década de los setenta la Festividad en Honor a la Divina Pastora de las Almas de Jaén se celebra el primer domingo del mes de septiembre con la salida procesional de la Imagen, sin embargo, no se recuerda el último año en el que la Divina Pastora no pudo salir en procesión por las inclemencias meteorológicas.
La lluvia impidió ayer la salida procesional de la Imagen. La Junta de Gobierno abrió las puertas de la Basílica Menor Parroquia de San Ildefonso cuando faltaban diez minutos para la salida de la comitiva en procesión según el horario estipulado. Sin embargo, ante las primeras gotas que mojaron el suelo, se decidió aplazar a las 19:30 horas la salida. Finalmente, ante la previsión de tormenta, el secretario de la Hermandad, José Enrique Solas, fue el encargado de comunicar a los cofrades y jienenses que llenaron el templo la decisión de no salir en procesión por las calles de Jaén.
El presidente de la Hermandad, Antonio Martínez, y la Hermana Mayor, Rosario Martínez, agradecieron el comportamiento de los fieles y el cariño demostrado a la Imagen, muy venerada en la capital. “Los jienenses veneran a la Divina Pastora como la Madre de todos”, reconoció Antonio Martínez.
Seguidamente, los setenta hombres de las dos cuadrillas de costaleros se prepararon para procesionar por el interior del templo. Guiados por el capataz Carlos Prieto, la procesión transcurrió hasta la nave del Evangelio de la Basílica Menor, con una comitiva formada por hermanas de luz y Junta de Gobierno de la Hermandad. Concejales de la Corporación Municipal y hermanos de las cofradías de la Virgen de la Cabeza y de la Virgen de la Capilla estuvieron presentes.
Estaba previsto que un año más la Banda de Música Reina de la Amargura- Sociedad Filarmónica de Jaén tocara tras la Virgen, pero ante la suspensión de la procesión, los músicos abandonaron el templo.
Las calles de la capital se quedaron ayer sin una de las estampas cofrades más tradicionales de septiembre al no procesionar la Imagen por calles del casco histórico en las que los jienenses demuestran cada año su devoción.
El paso de la Virgen lucía nuevos bordados de sus faldones y entre la variedad de flores que lo adornaban destacaba el lilium y el lisiamtum, los nardos y las rosas blancas y de color rosa palo.