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Jerez

¿Tenemos capacidad en Jerez para acoger refugiados?

Este lunes se constituirá una mesa para coordinar la acogida de refugiados entre grupos políticos y entidades sociales de la ciudad

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  • Refugiados sirios en Hungría -

La ayuda empieza a materializarse para hacer frente a la crisis de los refugiados, el mayor movimiento de población desde la II  Guerra Mundial.
Esta situación, que no deja indiferente a nadie, ha obligado a tomar medidas de urgencia, como la que ha anunciado esta semana la teniente de alcaldía de Igualdad, Acción Social y Medio Rural, Carmen Collado.
Según ha expresado Collado, este lunes tendrá lugar el primer encuentro de la mesa  local para coordinar medidas de atención y acogida a las personas que vienen huyendo de la guerra que azota Siria desde el año 2011, y también de Irak y Eritrea.
La idea propuesta por el grupo municipal socialista, que en un primer momento iba a esperar hasta el jueves 24 de septiembre para ser llevada al pleno ordinario del Ayuntamiento, ha sido desbordada por la iniciativa de otros grupos políticos de la ciudad como Ganemos, que anunció también esta semana que abriría un proceso de recepción de propuestas ciudadanas para afrontar la acogida de refugiados sirios, iraquíes y eritreos, para llevarlas a la Diputación Provincial de Cádiz y al Ayuntamiento de Jerez.
Izquierda Unida también expresó el pasado día 4 su intención de buscar el consenso con otros grupos políticos para llevar al pleno ordinario del Ayuntamiento una propuesta que incluiría la adhesión de Jerez a la red de ciudades refugiados, y de la que forman parte otras grandes ciudades del país, como Madrid, Barcelona o Córdoba.
Finalmente, la urgencia de la situación ha obligado a acelerar el proceso, que se ha concretado en la creación de una mesa de coordinación local.
A esta mesa, según anunció Collado, están invitados a sumarse todos los grupos políticos en representación de la corporación municipal, y otras entidades sociales, como el Centro de Acogida de Inmigrantes, Ceain, y ottas entidades que trabajan a diario con inmigrantes.
La Iglesia, por su parte, también ha expresado a lo largo de esta asemana su propósito de poner sus recursos a disposición de los refugiados que vayan a ser asumidos por España. Y ha criticado que esta crisis de los asilados ha puesto de manifiesto “ el absoluto fracaso de las políticas migratorias”.
La ola de solidaridad necesita de una canalización cabal porque, “ se trata de un tema complejo que requiere una atención integral y coordinada”, señalaban desde Ceain a Viva Jerez esta semana.
Pero ¿tiene Jerez capacidad para acoger refugiados?
Francisco Morales, de Ceain, insiste en que aún no es posible determinar qué recursos se pondrán en marcha porque “estamos trabajando en ello, y tenemos que coordinarnos con el Ayuntamiento y otras entidades sociales. No sabemos siquiera si esos refugiados vendrán a Jerez”. Además ha expresado que  “en el caso de que vengan, no van a venir los 15.000 que Bruselas ha asignado a España a Jerez, vendrían muchísimos menos y su llegada sería escalonada y muy espaciada en el tiempo, por lo que realmente no hay de qué preocuparse”.
No obstante, Morales ha enfatizado que la atención a los refugiados “no puede servir como pretexto para marginar la atención a los inmigrantes”.
Por su parte, el director de Cáritas de Jerez, Francisco Domouso, ha lanzado igualmente un mensaje de tranquilidad a la población local, y ha informado que también están trabajando de forma coordinada con Cáritas a nivel nacional para proveer de una ayuda integral a la posible población refugiada que pudiera llegar en los próximos meses.
Además de las propuestas políticas, la ciudadanía ha querido mostrar su solidaridad por distintas vías: ayer tuvo lugar a las doce del medio día una concentración  en la plaza del Arenal de apoyo a la población refugiada, que ha sido repetida por distintos puntos de la geografía, bajo el lema de “Refugiados Bienvenidos”, consigna que ha podido verse encabezando los ayuntamientos de las grandes ciudades, como el que el consistorio madrileño, liderado por Manuela Carmena, colgó de la fachada del ayuntamiento de la capital esta semana.
El “Refugiados bienvenidos” se convirtió en bandera cuando varios movimientos civiles en Barc elona, Madrid o Córdoba replicaron la plataforma online puesta en marcha en Alemania, “Refugees Welcome”, que sirve de mediación entre la población local que quiere prestar ayuda a los refugiados y los desplazados por la guerra que asuela la región del Creciente Fértil.
El baile de cifras ha sido continuo en la última semana desde que se conociera que la cuota de refugiados que la Comisión Europea podría asignar a nuestro país sería sería de unas 15.000 personas. La cifra se ha formalizado y ha quedado establecida en 14.931 personas, que se suman a las que ya se fijó que debía acoger España en el mes de mayo, por lo que la cifra total de refugiados que habría de asumir nuestro país es de 17.680.
Esta cifra equivale a una quinta parte del aforo del estadio Santiago Bernabéu.
Según los datos de la Comisión Europea, las cantidades son el resultados del cálculo basado en cuatro criterios de distribución: población, PIB, nivel de desempleo y el esfuerzo previo de los países para acoger asilados; computando las dos primeras variables un 40 %, y las dos últimas un 10 % cada una.
El Ejecutivo central por su parte ha informado que “aún desconocen” cuando comenzarán a llegar los desplazados de guerra, y han afirmado, por medio de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que están trabajando "intensamente" para que los refugiados tengan garantizada no sólo la acogida sino la "integración a medio y largo plazo que merecen en nuestro país".
Pero la solidaridad tiene también otra cara. El sentimiento de xenofobia o rechazo al extranjero. Por eso, la primera propuesta que hizo pública el grupo municiapl socialista, contemplaba la puesta en marcha de una campaña de concienciación ciudadana para frenar la xenofobia y el racismo.
Y es que la acogida de refugiados es una obligación moral y real: los países firmantes de la Carta Universal de Derechos Humanos están obligados a dar acogida digna a los desplazados por la guerra.

Testimonio en primera persona | Raed Aljoundi, ciudadano sirio residente en Sevilla

“No vienen si no ven las bombas encima de sus casas”

El Raed Al-Joundi tiene 54 años y es originario de la ciudad siria de Salamiyeh, en la provincia de Hama, a 45 kilómetros al nordeste de Homs.
Raed reside en Sevilla desde hace 19 años cuando llegó “por amor” a la capital andaluza. Desde entonces trabaja como traductor y comercial para mercados de Asia, África y Oriente Próximo para una empresa internacional que fábrica aparatos de aire acondicionado.
Y ve con “muchísima tristeza y angustia” la llegada masiva de sus compatriotas, desplazados de guerra, hasta Europa occidental.
“Los sirios no huyen hasta que no ven las bombas encima de sus casa”, asegura. Y explica que su familia sigue viviendo en Siria “porque allí trabajan y estudian y no es fácil dejarlo todo. Hay que ser muy valiente. Huyes cuando temes ya no solo por tu vida, sino por la vida de tus hijos”.
La situación de su familia no es fácil: “a veces me llevo semanas sin poder hablar con mi madre o mis hermanos porque los bombardeos cortan las líneas de teléfono. Y es muy angustioso no saber si siguen vivos”.
El clima de pánico es absoluto en Siria. La guerra ha provocado que más de 4.000.000 de personas se vean desplazadas de sus hogares.
Jordania es uno de los principales receptores de refugiados, “pero ya no pueden acoger más”.
Raed no se explica por qué los países de Golfo no acogen a los refugiados: “son países ricos y ninguno de nosotros entendemos cómo no son ellos los primeros en recibir población siria”.
Tienen prohibida la entrada si no es con un visado, “y cuando alguien huye, huye con lo puesto y arriesgándose a perder la vida”.
Asegura que en Europa “al menos los tratan como seres vivos”, porque los sirios que han ido a buscar acogida a países como Egipto “han sido torturados y tratados como animales”. Por eso, la última escapatoria de la guerra es Europa. Entiende “el recelo de los europeos” y conoce la realidad española pero sentencia que “no vienen por gusto. Es una situación extrema”.

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