Con el discurso del cambio por bandera y a la espera de medidas concretas, el tripartito aguarda cumplir lo prometido. Que no es poco.
100 días al frente del Gobierno han dado para ver la línea marcada que pretende encontrar el Ayuntamiento portuense para afrontar la batería de frentes que siguen y parecen seguir abiertos por más que pasen las fechas.
El discurso triunfal del Pleno extraordinario ante un Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca entregado a la causa en la investidura del alcalde David de la Encina, queda en el recuerdo. En la memoria. Como que queda anclado en el tiempo únicamente han pasado tres meses.
Ahí, desde el minuto uno, se entonó la intención del cambio. Días antes, las urnas hablaron y voltearon un panorama diferente y poco esperado.
El turno para formar el Gobierno se ajustó en tiempo y forma a la predisposición de arrebatar el poder al PP-PA. Los números salían y la oportunidad se presentaba única. Con el objetivo primero conseguido, el segundo era formar coalición, voltear todo y borrar el pasado más reciente. Borrón y cuenta nueva.
Intenciones que se han topado con la cruda realidad y con más intenciones que gestiones y con más proyectos que realidades.
La inexperiencia, la bisoñez y la torpeza hicieron el resto. Lo cierto es que 100 días han dado para interpretar que por más positivismo y por más maneras de intentar cambiar las formas, nada o muy poco ha parecido mejorar la llegada del tripartito al frente del Ayuntamiento. Los hechos hablan por sí mismos. La cruda realidad es elocuente y visible.
El cambio de tendencia buscaba una recuperación en la apertura de una etapa ilusionante y próspera. Tres meses después, los temas más importantes que afectan a la ciudad siguen sin ser resueltos y sin ser acatados de manera satisfactoria. Y no será que éstos no se atajen o se solucionen por falta de información.
La otrora oposición se jactó de manera ceremoniosa, resistente y directa de, día sí y día también, tener en su haber las claves para sacar la coyuntura municipal adelante. Temas que marcan el día a día como el de la Zona Naranja que fue la primera determinación efectuada con su supresión. Hubo prisas en hacer el primer gesto.
El estreno no podía ser menos que sucumbir a la exención.
Ésta se convirtió y sirvió para aunar un frente común contrario a ésta. La obtusa falta de comunicación en su puesta en marcha, sirvió de arma arrojadiza por la oposición ante el Gobierno del PP-PA, que capeó como pudo una Zona Naranja que encontró más impedimentos que seguidores.
Eso fue en parte. Con su eliminación se desconocen las fórmulas para gestionar unas bolsas de aparcamientos que en principio iban a gestionar los desempleados y que, sin acuerdo con éstos, se “pospuso” para el próximo año. La tasa impositiva queda sujeta a moldear un desequilibrio presupuestario recogido en el Plan de Ajuste y que hay que cumplir sí o sí.
El Ministerio de Economía tiene a los ayuntamientos con deudas en el punto de mira. Una falta de claridad o un desajuste provocaría que las ayudas estatales quedaran o fueran pausadas.
La patata caliente con todas las letras son los aparcamientos subterráneos que deberán encontrar una solución más pronto que tarde y que, al igual que la Zona Naranja, tendrá un coste ante su posible no construcción, unas penalizaciones que se cuantifican por millones de euros.
La salida, y tal y como el propio Gobierno ha reconocido, está en la intención de hacer un referéndum popular para que éste decida qué hacer. Lo cierto y lo fijo es que a la intención de no seguir con los dos proyectos de los parkings encontrará en la responsabilidad en los ciudadanos su determinación final.
Remunicipalizar la empresa Apemsa es otra de las tareas encomendadas que deberán sortear y encontrar una solución viable y acorde.
El penúltimo escollo ha sido los trabajadores de las concesionarias que recuerdan las promesas que siguen sin cumplirse. Un invierno largo y frío.
La presencia del alcalde por la ciudad es escasa
El compromiso de David de la Encina y las maratonianas jornadas de trabajo no casa con su escasa presencia entre los ciudadanos. Recuperar el coche oficial tampoco sirvió para palpar la calle. La primera autoridad hace tiempo que eligió la Alcaldía.
Levantemos sigue sin presentar una sola propuesta
Sea por la inexperiencia o por la falta de realización en cada una de las propuestas realizables que llevaba en su programa, lo cierto es que a pesar de ser las Áreas más sociales, Levantemos, tres meses después, continúa sin ofrecer ninguna propuesta.